Albert Boadella dice que pasa el agosto en su masía cerca de Verges, escribiendo, cuidando de los nietos y haciendo tareas en el campo con su tractor. Quizás tanta actividad veraniega le hace perder la memoria. Quizás no recuerda que ya hace 300 días que los Jordis están en prisión y que después se han añadido otros políticos catalanes encarcelados. Pero para el presidente de Tabarnia, en Catalunya, lo que ahora toca, es reír. Bueno, reír para lo que quiere. Porque cuando se trata de actuar contra Catalunya, no tiene suficiente con "la comedia que se hizo con el 155: la solución pasa por la aplicación del 155 pero de verdad".
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El actor y dramaturgo defiende en una entrevista en El Español que "Después de tantos años de sordidez construida por los nacionalistas se agradece la sátira y el sentido del humor". Avisa que a medida que se acerque el 11 de septiembre, "el aquelarre que ellos montan, nosotros responderemos con algún ingenio para ridiculizar a los que están por la tribu, los independentistas". Define el independentismo como un "virus primario" y tilda los soberanistas de carne de cañón fácil a la que "basta con avivar los sentimientos del pueblo bajo la idea de que hay un enemigo, España, que es fascista, que nos roba, que es intolerable y cutre. Esto en Cataluña da un resultado muy rápido y eficaz".
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Una Catalunya y unos políticos catalanes que, según dice, no le proporcionarían suficiente material para hacer una obra al estilo como las que acostumbraba a hacer en época de Jordi Pujol: "Para hacer una obra de teatro necesito personajes de una cierta dimensión. Lo que hay ahora solo me sirve para chistes. Lo que tengo aquí no me sirve de nada, no hay inspiración posible". El presidente de Tabarnia, que lamenta que unos independentistas le hayan cortado tres cipreses de su jardín, donde ve futuro (qué extraño) es en Albert Rivera, "una promesa de la política. Hay algo en él que hace pensar que puede traer cosas buenas en el futuro, pero no sé si me daría para una obra de teatro".