La figura de Pepe El Marismeño siempre se asocia al nombre de Carmina Ordóñez. Debido a su complicada relación, siempre ocupó portadas de revistas que olvidaron por un momento que su verdadera profesión era la música. Fue una de las figuras más importantes del flamenco con menos de 20 años, incluso antes de conocer a la madre de Fran y Cayetano Rivera.
Pepe concedió hace unos años una entrevista en la que confesó que “la droga” era la unión entre él y Carmina. Él ya tuvo problemas con estas sustancias antes de conocer a la madre de los toreros. "Carmina fue una etapa de mi vida, muy bonita, pues yo no estuve con ella por dinero, ni mucho menos. Fue una época de mi vida, donde había mucha droga, mucha juventud, muchas ganas de comerme el mundo. Nos cruzamos nuestros caminos y al final lo que nos unió fue la droga. Cuando descubrí a Carmina tal y como era encontré a una excelente persona, con un corazón brutal, una madre luchadora y ejemplar, pero le gustaba vivir en ese límite de la vida", confesó al Diario de Huelva.

Pepe ha ampliado su negocio: más clínicas de desintoxicación
El cantaor logró salir del mundo de las drogas y lo celebró abriendo un centro de desintoxicación en 2006 para salvar la vida a personas que han pasado por la misma situación que él. El Instituto Galeno (así se llama el centro) abrió después una segunda sede en Málaga.

Hace 20 años que Pepe El Marismeño entró en un centro de desintoxicación en Barcelona para curarse. Hace unos días concedió una entrevista a la revista Pronto, donde desveló que su negocio va a las mil maravillas y próximamente se expandirá a otras ciudades andaluzas como Huelva y Almería. Uno de sus clientes es el hijo de Ortega Cano, José. "Es una maravilla de chico y tiene un gran futuro por delante. Quiero a su padre con locura y sé que debe estar súper contento al ver a su hijo limpio”.
No es su único proyecto. También regenta un chiringuito en Huelva. Actualmente está enamorado de María José, “la mujer de su vida”, y su hijo José Tomás. Tampoco ha abandonado el mundo de la canción, donde lleva inmerso toda la vida.