La relación padre e hijo entre el rey Carlos III y el príncipe Harry no es la única que está visiblemente dañada, dado que recientemente se ha dado a conocer que Enrique Iglesias ha rechazado la herencia de su padre, el cantante Julio Iglesias, debido a su distanciamiento y la ruptura total entre ellos.

Y es que, a pesar de que ambos artistas son considerados como unos de los mayores exponentes de la música a nivel mundial, la realidad es que el esfuerzo de relacionarlos ha sido realmente en vano, puesto que desde hace muchos años no tienen una muy comunicación, por lo que han decidido seguir sus caminos por separado. Este sería el principal motivo por el que el intérprete de ‘Duele el corazón’ tomó la decisión de rechazar parte de la gran fortuna que su padre dejaría como herencia al morir.

A pesar de que los verdaderos motivos del distanciamiento entre Enrique y Julio no han sido aclarados, muchos afirman que existe una gran competencia profesional entre ellos que los ha alejado demasiado, al punto de que ni siquiera se hablan ni por el móvil. Por esa razón, el tercer hijo de Julio Iglesias e Isabel Preysler ha tomado la decisión de no aceptar la herencia que le corresponde al ser uno de los ocho hijos del cantautor madrileño.  Además, Enrique ha señalado que realmente no necesita ese dinero, dado que, junto a su esposa Anna Kournikova, ha forjado su propia fortuna personal sin la ayuda de sus padres. “Su relación con su padre nunca fue de las mejores, pasan años sin hablarse, ni por teléfono. Enrique siente que forjó su carrera sin la ayuda de él”, aseguró una fuente cercana a los Iglesias.

El inmenso patrimonio de Julio Iglesias está valorado en más de 800 millones de euros

Sin embargo, a pesar de que el éxito de Enrique Iglesias como cantante es indiscutible, lo cierto es que la fortuna que ha acumulado su padre en sus más de 50 años de carrera artística es realmente impresionante, por lo que haber tomado la decisión de renunciar a ella no debió ser una tarea fácil.

Es necesario destacar que la gran fortuna de 800 millones de euros del intérprete de ‘Me olvidé de vivir’ no solo está basada en su éxito como cantante, sino también por su faceta de empresario al invertir en gran parte de las Bienes Raíces de Punta Cana en República Dominicana, convirtiéndose en el dueño de la tercera parte de los inmuebles y comercios del lugar, incluyendo el aeropuerto de la ciudad. Además, también es dueño de una lujosa finca en Marbella de más de 230 hectáreas de terreno, varias mansiones en Miami, una isla entera en Las Bahamas, un avión privado valorado en 45 millones de dólares, una cadena de restaurantes, una marca de vodka, una bodega de vinos de más de 30 millones de euros, coches de lujo, entre los que destacan dos Rolls Royce de color azul, y hasta acciones en una empresa de cosméticos y maquillaje.