Vladímir Putin nunca ha sido un presidente que pase desapercibido ante la mirada internacional. Sin embargo, en las últimas semanas su nombre ha encabezado todos los titulares mundiales debido a la decisión que tomó el Kremlin de invadir Ucrania, iniciando un conflicto bélico que a día de hoy sigue causando sufrimiento y desgracia.

Por esa razón, diversos medios se han interesado un poco más en conocer la personalidad de uno de los mandatarios más herméticos de los últimos años. Y ha sido a través de su ex mujer, Lyudmila Shkrebneva, que se ha podido conocer un poco más de Vladímir Valdímirovich Putin.

Vladimir Putin y Lyudmila/ Agencia

Vladimir Putin y Lyudmila Shkrebneva/ Agencia

Shkrebneva contó que en el año 1983 se encontraba en Alemania Oriental, y estaba en las últimas semanas de embarazo de su primera hija, Mariya. Lyudmila llamó a un taxi y se fue sola al hospital para dar a luz a su hija, dado que Putin se encontraba en un viaje de negocios, y no había nadie más que la acompañara. Aunque la escena pueda parecer muy fría e insensible, la ex de Putin sabía perfectamente cómo era su marido, ya que ni siquiera demostró un poco de emoción el día que le propuso matrimonio, dado que la propuesta estuvo rodeada de pragmatismo, en lugar del romanticismo clásico de la situación.

La pareja se conoció en los años 80, cuando ella trabajaba como azafata y él era un simple policía en Alemania del Este. Sin embargo, este trabajo era solo una fachada del actual presidente de Rusia, porque realmente él era un importante espía, un agente encubierto de la KGB. Aunque esta historia parece el argumento principal de una película de James Bond, lo cierto es que su mujer no se enteró del verdadero trabajo de su esposo hasta un año y medio después. “No soltaba prenda, pero yo me daba cuenta de todo, lo percibía, lo veía”, contó Lyudmila, mientras confesó que se enteró de la verdad a través de un amigo, ya que Putin no tenía la intención de revelar su identidad.

Vladimir Putin y Lyudmila/ EFE

Vladimir Putin y Lyudmila/ EFE

La ex de Putin aseguró que la personalidad del líder ruso siempre fue fría y distante, y que eso no cambió cuando llegó al poder. Sin embargo, su personalidad hermética no fue un impedimento para su amor, ya que ella pensaba que un hombre tan frío jamás le mentiría con respecto a sus sentimientos, así que confiaba plenamente en él.

Después de 30 años de relación, la pareja decidió divorciarse, causando conmoción en toda Rusia, al emitir un comunicado televisivo donde le daban la noticia al país. Aunque la separación entre ellos ya era más que evidente, nadie se esperaba que lo confirmaran públicamente a través de la televisión nacional. Esta decisión marcó un antes y un después en la historia gubernamental rusa, dado que Putin ha sido el único mandatario ruso que se ha divorciado mientras aún se encuentra en el poder. Tres años después de su divorcio, la ex de Putin se casó con un hombre 20 años menor que ella, mientras que él niega tener una nueva pareja, aunque medios afirman que su nueva pareja es la ex gimnasta Alina Kabaeva.