Aguantar durante años en el mundo de la música como David Bisbal es casi misión imposible. Hay pocos artistas que logren perdurar tantos años en la cima del éxito. Además, la competencia es mayor. En la década de los 90 y principios de los 2.000 conocimos a grandes artistas, algunos salieron de la famosa academia de ‘Operación Triunfo’. Muchas de las canciones de aquellos cantantes todavía suenan en las verbenas de los pueblos.
Seguro que todavía recuerdas a artistas como David Civera. Marcó el comienzo de los años 2.000 con su “Dile que la quiero”. Con esta canción representó a España en Eurovisión 2001. También nos hizo bailar con temas como ‘Que la detengan', 'Perdóname', 'Bye, Bye’ y un largo etcétera. 20 años después de aquel éxito no sabemos nada del artista. En 2019 lanzó su último EP, titulado ‘Empatía’. La pandemia hizo mucho daño a la carrera musical de David Civera que ya estaba previamente tocada. Muchos artistas han tenido que reinventarse en estos años tan difíciles.
David Civera se retira para cumplir su mayor sueño
David Civera ha dado un giro de 180 grados a su vida. "Ha pasado mucho desde la última vez que me pronuncié en redes, pero sinceramente he decidido “respetar y respetarme” desde el silencio y la reflexión, ante todo lo que estamos viviendo desde hace más de un año...¡¡que se dice pronto!! No voy a entrar en debates, ni juicios, aunque habría de sobra para escribir un buen libro, o una trilogía... aprendemos despacio y olvidamos deprisa”, compartió el año pasado en Instagram.
Ahora mismo David Civera ha hecho una pausa y está centrado en su proyecto más importante, la familia. Se ha olvidado de la música, de los focos, las alfombras rojas, y vive relajado en un pueblo de Teruel junto a su mujer, Ana María Benedi, y sus hijos, Daniel y Laura. De hecho, el nacimiento de los pequeños fue lo que le hizo cambiar por completo su vida. Ahora su sueño es verles crecer.
Aunque no descarta volver a la música, de momento es algo que no sucederá a corto plazo. Quiere volver a subirse a los escenarios, pero con mayor calma que en los 2.000.