Desde que Carlos III ascendió al trono británico el pasado mes de septiembre, muchas personas se han interesado un poco más en la personalidad del primogénito de Isabel II. De acuerdo con algunas fuentes cercanas al Palacio, el nuevo monarca es una persona excesivamente metódica y con algunas manías un tanto extravagantes como la de viajar con su propio asiento de inodoro y con su oso de peluche de la infancia, exigir que sus galletas preferidas estén siempre a la misma temperatura y hasta solicita que el tapón de la bañera esté en la misma posición todos los días que toma un baño. Y aunque algunos de estos rumores no han sido confirmados del todo, lo que sí es cierto es que es muy exigente con sus alimentos y con su dieta basada en verduras y frutas, aunque hay un plato que no es vegano que lo vuelve completamente loco.
Según el inconsciente colectivo, la mayoría de las personas imagina que las comidas en los Palacios suelen ser abundantes, suculentas y muy reconfortantes, como si se tratara de las largas mesas repletas de manjares en los castillos medievales. Sin embargo, este tipo de banquetes solo se realizan en ocasiones especiales y la comida diaria de los monarcas es más bien sencilla y ligera. Eso sí, a pesar de la sencillez de las recetas, el rey exige que sean preparados con los mejores ingredientes, dado que tiene un paladar muy exquisito y solo consume alimentos de origen orgánico.
De esta manera, la dieta de Carlos III se basa principalmente en el consumo de frutas y verduras, evitando el consumo de proteína animal como la carne de vacuno y el pescado. No obstante, su dieta no es del todo vegana, dado que su platillo preferido son los ‘cheesy baked eggs’, un platillo hecho de huevos horneados con mucho queso, espinacas y tomates. Esta preparación es una bomba de proteínas, por lo que el monarca suele tomarlo en el desayuno de los fines de semana o cuando tiene una agenda muy apretada para iniciar el día con mucha energía. El resto de los días, el rey Carlos III prefiere desayunar fruta fresca de temporada, especialmente la que recolectan de sus jardines de Highgrove House, donde hay muchos manzanos, ciruelos y frutos del bosque.

Carlos III se salta la hora de la comida
A diferencia de muchas personas que se saltan el desayuno o la cena, el soberano británico se salta la hora de la comida, dado que para él es una pérdida de tiempo que le imposibilita avanzar con su apretada agenda diario. Sin embargo, como buen inglés, el rey se toma su tiempo para disfrutar de la hora del té junto a su esposa, Camilla Parker Bowles. Para el té, Carlos suele elegir té negro de la variedad Darjeeling, procedente de Bengala Occidental, la India, muy cerca del Himalaya, y lo mezcla con leche y miel.
No toma café y detesta el ajo y el chocolate, por lo que estos alimentos están totalmente descartados de su menú. Pero si hay algo que no puede faltar en su dieta son los huevos pasados por agua, puesto que le encantan para acompañar sus ensaladas.