A mediados de los años 90, Carolina de Mónaco se convirtió en el centro de todas las miradas tras aparecer públicamente con un turbante en su cabeza para ocultar su calvicie. Durante meses se especuló sobre los motivos de su pérdida de pelo, por lo que muchos medios locales informaron que la princesa Carolina estaría sufriendo de algún tipo de cáncer. Afortunadamente no fue así, la alopecia de la primogénita de Grace Kelly y el príncipe Rainiero fue producto del estrés que sufrió cuando salió a la luz que ella se estaba acostando con el marido de su mejor amiga, un escándalo que ocupó los principales titulares mundiales durante semanas.

En diciembre de 1995, la revista alemana ‘Bunte’ publicó que Carolina de Mónaco se había alojado en el Hotel Oriental de Bangkok en una suite de 3.000 dólares la noche… ¡con Ernesto Augusto de Hannover!, el marido de Chantal Hochuli. Debido al escándalo que se generó con esta noticia, el Principado de Mónaco emitió un comunicado oficial en el que informaron que la princesa Carolina había coincidido con el príncipe de Hannover por “simple casualidad”, dado que ella había viajado sola para disfrutar de un viaje de placer por diez días en Tailandia. Como era de esperarse, casi nadie creyó esta versión, por lo que Carolina se sentía cada vez más presionada.

En esa época, la madre de Carlota Casiraghi no solía mostrarse públicamente con casi ningún hombre, dado que aún no había superado del todo la trágica muerte de su marido, Stéfano Casiraghi, en un accidente en una lancha deportiva. Y aunque intentó rehacer su vida con el actor francés Vincent Lindon, lo cierto es que aún no estaba preparada para otra relación. Sin embargo, Ernesto de Hannover era uno de los pocos hombres que habían ganado la confianza de Carolina de Mónaco, aunque en un principio nunca se sospechó de un romance entre ellos, puesto que Ernesto estaba casado con Chantal Hochuli, la mejor amiga de Carolina de Mónaco y su más grande apoyo tras la muerte de Stéfano Casiraghi. De hecho, la relación de amistad entre Carolina y Ernesto se afianzó gracias a Chantal, puesto que ella era la persona en común que los unía en diversos eventos y reuniones sociales. Chantal Hochuli sabía que su marido le era infiel. Siempre estuvo al tanto de todos sus romances extramaritales, pero nunca imaginó que Ernesto Augusto, padre de sus dos hijos y con el que había estado casada durante 15 años, la hubiera engañado con su mejor amiga, por lo que se enteró de este affaire a través de las noticias.

Carolina de Mónaco, la royal que impuso una moda gracias a una crisis nerviosa

La princesa Carolina no podía seguir ocultando que se había enamorado de Ernesto de Hannover. Sin embargo, la confrontación con los medios y con la propia Chantal le provocó una crisis nerviosa que le produjo la pérdida de su cabello, quedándose totalmente calva. Fue el 14 de septiembre de 1996 que Carolina de Mónaco regresó a la escena royal monegasca, luciendo un look con sombreros, pañuelos y turbantes que terminó convirtiéndose en tendencia de moda.