El año 1982 se estrenó una película que se llamaba Los locos del bisturí. La dirigía Garry Marshall, el mismo de Pretty Woman, y era una especie de Aterriza como puedas, pero cambiando un avión por un hospital. Fue un relativo éxito de taquilla. Aquel mismo año, un joven actor, con 23 años, mucho antes de pasar por el bisturí, estaba a punto de probar las mieles del éxito y de convertirse en uno de los sex symbols del Hollywood de los años 80. Películas como Top Secret, Top Gun, Willow o The Doors le elevaron a la categoría de estrella.
Top Gun
Val Kilmer, un guaperas rubio con cara de travieso, de dudoso talento interpretativo, que pocos años después protagonizaría una de las chapuzas mayores que se le recuerdan, haciendo de Batman en un filme para olvidar que provocaba vergüenza ajena.
Batman forever
Ahora, a las puertas de cumplir 60 años, Kilmer se ha vuelto a disfrazar. Pero no de superhéroe, sino de su yaya. El actor no ha tenido un camino de rosas desde que su carrera empezó a ir para abajo. Especialmente, por el cáncer de garganta que sufrió hace unos años. Cierta tendencia al alcohol y a pasar por quirófano para hacerse operaciones de estética tampoco han ayudado a que actualmente tenga un aspecto bien diferente del de antes.
@valkilmerofficial
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La reaparición de Kilmer en un acto público con este desmejorado aspecto hace temer a los fans sobre posibles recaídas, mientras sus seguidores esperan que vea la luz la esperada secuela de la mítica peli de aviones que hizo con Tom Cruise en el año 86. Top Gun: Maverick promete ser el esperado retorno del actor a la primera línea de la parrilla cinematográfica cuando se estrene.