Samantha Gilabert se ha convertido en el fenómeno de OT 2020. La concursante valenciana no ganó el reality, que terminó hace dos semanas, pero como ha pasado siempre en las ediciones anteriores, los más mediáticos no son nunca los vencedores del programa. David Bisbal, Pablo López o Aitana Ocaña quedaron segundos pero venden más discos que sus compañeros que resultaron primeros. El caso de Miki Núñez es todavía más flagrante. Famosísimo después de haber participado en Eurovisión, quedó sexto en OT 2018. Del ganador, Famous Oberogo, nadie habla. Y ahora es Samantha quien recibe toda la atención de los fans del concurso, aunque quedó séptima. En los últimos meses, la artista ha conseguido ser un boom en las redes sociales. Acumula 365 mil followers en Instagram y su actividad en Twitter genera siempre miles de reacciones. Además, es de las pocas concursantes de este año que ya ha recibido ofertas de discográficas. La fama repentina le ha traído gran visibilidad pero también algún problema: algunos seguidores exaltados han filtrado la dirección de su casa y un gran número de personas ha acudido para conocerla.

Samantha OT gala RTVE

TVE

La cantante vive en Beniarrés, un pequeña localidad de Alicante que tiene sólo un millar de habitantes. Pueblecito tranquilo, hasta que han empezado a llegar en masa los fans de Samantha. A través de sus perfiles en la red, la extriunfita agradece las muestras de afecto que ha recibido desde que salió de la Academia de OT pero pide que en casa la dejen tranquila. En la calle está dispuesta a firmar autógrafos y hacerse tantas fotos como haga falta. En la intimidad de su hogar y con sus padres, no. "Sé que se ha filtrado la dirección de mi casa, y muchos sabéis que vivo en un pueblo pequeño", escribe. "Agradecería, por favor, que no vinieseis a llamar al timbre y preguntar por mí. Ayer recibí muchísimas visitas de gente a la que no conozco de nada. Estoy intentando desconectar y creo que me merezco un poco de privacidad. Una cosa es la vía pública y otra venir a casa".

Treinta y siete años después de que Lola Flores pronunciara su conocido "Si me queréis, irse" en la boda de su hija Lolita con Guillermo Furiase, Samantha hace se propia versión para que la dejen en paz cuando esté en casa. Una frase a la altura de las más grandes.