Su vida dio un giro hace nueve años, cuando iba con unos amigos por la calle y lo vio el director Daniel Guzmán. Lo fichó para la peli A cambio de nada y ganó un Goya por su primer papel como actor. Miguel Herrán, intérprete malagueño que ahora es ultrafamoso después de su paso por dos de las series españolas más exitosas de los últimos tiempos, el 'Christian' de Elite y el 'Río' de La casa de papel.

El actor de 14 años presenta nuevo filme, Hasta el cielo, y en una entrevista con Jordi Basté en El món a RAC1, ha confesado que a pesar del éxito actual, su vida iba por el mal camino. No tenía ni oficio ni beneficio: "era el típico niño macarra, medio tonto, que va de listo y que la lia". Las circunstancias lo empujaban todo y que "yo ayudaba a las circunstancias". ¿De dónde venía esta desesperación? Ni él lo sabe. Pero no hacía nada para solucionarlo: "No me lo planteaba. No sabía escucharme. Simplemente, continuaba con la vida". Una vida que tampoco creía que duraría mucho: "No pensaba que llegaría a cumplir los 26 años. No estaba a gusto con la vida. No tenía nada".

Herrán ha confesado que de joven tenía tendencias suicidas. Escucharlo, sobrecoge por su sinceridad: "Pensaba que siendo la pieza que soy, si no estuviera en este mundo, al menos, no haría daño a mi madre”. Por suerte, la relación con la madre ha cambiado como un calcetín al que le das la vuelta. La trató tan mal que ahora lo único que quiere hacer es cuidarla. La admira por el hecho de haberlo criado sola, pero no siempre fue así: "lo que ha sufrido mi madre no lo sabe nadie". Porque ahora, aquel joven díscolo, que se presentaba a los cástings en un estado deplorable, sin saberse el texto, o que a veces, ni se presentaba. El click, gracias a su primer director, un Guzmán que le dijo que "si no lo hacía bien, gastaría todo su tiempo, esfuerzo y dinero en arruinarme mi vida y la de mi familia". Una amenaza que surgió efecto.

miguel herran en cambio de nata

Miguel Herrán y Luis Tosar a 'A cambio de nada'

Herrán dejó atrás una juventud turbia y brumosa por una carrera fulgurante: "Me puse a estudiar. Yo no tenía ni la ESO. Si no es por mi madre, ya me podrías dar un Goya o La casa de papel que yo sería un tonto". Celebramos el cambio de chip de Herrán. Y celebramos que tenga al lado una madre como la que tiene, que lo ayudó a salir del pozo.