Una de las cosas que tendrían que ser obligatorias para todo el mundo, que todas las personas tendrían que vivir una vez en su vida, tendría que ser ir a ver un concierto de Bruce Springsteen. El Boss es un espectáculo, y se deja la piel encima del escenario a cada uno de los conciertos que ofrece por todo el planeta. Es lo que lleva haciendo toda su vida, por alguna cosa los que lo han visto en directo salen extasiados de sus conciertos. Y por alguna cosa hay gente que lo ha ido a ver decenas, centenares de veces. El de New Jersey, incombustible aún y ser un septuagenario, 75 años que tiene, que se dice pronto, acaba de hacer feliz al público que lo ha ido a ver al Reale Arena de San Sebastián, hasta dónde han ido fans de todos los puntos de la geografía, como el periodista de TV3 Jordi Eroles, que no se pierde ni una.

El concierto fue, evidentemente, un espectáculo. Springsteen entregado a sus seguidores incondicionales, llegados a la ciudad vasca desde todas partes. Fue un concierto sencillamente brutal, como todos los que hace el Boss, donde aparte de asistir a una maravilla, a una banda descomunal, al carisma de un cantante único, también pudieron comprobar de primera mano que Springsteen sigue diciendo y haciendo lo que le sale del moño y poniendo a todo el mundo que se lo merece en su sitio. El Boss no se calla ni una y alza la voz cuándo y contra quién considera. Y si este es ni más ni menos que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no se arruga a la hora de dedicarle unas palabras demoledoras: "Los Estados Unidos que amo, sobre los que os he cantado y que han sido un referente de esperanza y de libertad durante 250 años están actualmente en manos de una administración corrupta, incompetente y traidora. Esta noche pedimos a todos los que creéis en la democracia y en lo mejor de nuestro experimento norteamericano que os rebeléis con nosotros, alcéis la voz y os unáis a nosotros contra el autoritarismo. Y que redoble la libertad"!.

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Bruce Springsteen / IG
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Donald Trump / EuropaPress

No fue el único gesto ampliamente aplaudido por el personal que tuvo la suerte de asistir a este concierto de San Sebastián. También hubo espacio y lugar para el respeto a las lenguas de los diferentes sitios. Concretamente, por una lengua, por el euskera. Una decisión que fue muy comentada en redes y medios locales, como fue la inclusión de subtítulos en esta lengua en las pantallas del estadio, provocando el delirio en buena parte del público. Una muestra de respeto y de estar cerca de la realidad de allí donde se encuentra por parte de un Springsteen que hizo que de rebote, con su gesto, muchos pensaran en Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de los madrileños, haciendo gala de su tolerancia, evidentemente, irónicamente hablando, fue lamentable protagonista hace unos días cuando se marchó de una conferencia de presidentes cuando el lehendakari Imanol Pradales empezó su intervención en euskera. "Todo lo que me tengan que decir en los pasillos en español, o lo dicen dentro en el mismo idioma o me saldré". Ayuso, que debe sangrar por las orejas si le ponen un pinganillo, también ha dejado alguna perla últimamente como "Dicen de catetos... ¿Saben lo que es cateto? Llamarse Juan y pedir que por favor en el País Vasco te llamen Jon, porque si no te quedas fuera del sistema o te quedas fuera de las subvenciones. Eso es lo que hacen ustedes utilizando las lenguas cooficiales. Cateto es tener que llevarte a tus hijos a La Rioja porque el sistema público los abandona y no los escolarizan. Cateto es no defender la lengua de Cervantes"".

Inmediatamente, como decíamos, muchos tuvieron a la presidenta madrileña en sus pensamientos: "Tiene que venir Bruce Springsteen para poner en su sitio a Ayuso", "Bruce Springsteen abraza el euskera y da un 'zasca' a Ayuso en su concierto en Anoeta"... Este martes, segundo concierto del Boss en San Sebastián, segunda oportunidad para vivir una maravilla, segunda oportunidad para ver cómo Ayuso y la derecha sacan espuma por la boca al ver subtítulos en euskera en las pantallas.