Era el mes de octubre del 2002 cuando el público catalán recibió, con unas extraordinarias cifras de audiencia, el estreno de Majoria Absoluta, la comedia protagonizada por Emma Vilarasau y Jordi Bosch sobre el día a día de su numerosa familia en un piso de Barcelona. Entre los siete hijos de la pareja estaba Jairo, interpretado por un jovencísimo Bart Santana. El actor andaluz estuvo en TV3 durante los dos años que duró la serie. Después se marchó a hacer carrera en las televisiones españolas, y siguió haciendo papeles más o menos destacados en producciones de éxito como Cuéntame cómo pasó (TVE) y Física o Química (Antena 3).
TV3
Han pasado los años, Santana ya ha cumplido los 39. Antes de la pandemia de la Covid-19, el artista estaba cada semana en el Teatro Maravillas de Madrid haciendo la obra Burundanga, en la que ya hace siete años que trabaja, y también en el Teatro Lara de la capital española, actuando en Cádiz, que se estrenó en noviembre. Pero con el estallido, en marzo, de la crisis sanitaria, las salas de todo el Estado tuvieron que cerrar y el de Huelva se vio obligado a bajar temporalmente de los escenarios. Aunque ha encontrado la manera de seguir explotando su faceta artística, de una manera diferente. Últimamente se dedica a la pintura.
En una entrevista a la revista teatral Prográmate, Santana confesó en abril que con las acuarelas consigue calmar "la enorme necesidad" que tiene de expresarse. "Hice bachillerato artístico", explica. En su perfil de Instagram, el actor se ha dedicado desde entonces a mostrar su talento innato publicando retratos, dibujos y esbozos.
Casualidad (o no), cuando hacía de Roque en FoQ era el profesor de arte del instituto, y en uno de los capítulos incluso inauguraba una exposición de cuadros con sus propias creaciones. Un guiño a su dimensión de pintor, que el confinamiento (con un montón de tiempo libre) le ha permitido desempolvar y sacar ahora a la luz.
Antena 3
Si las salas de teatro no empiezan a funcionar pronto a pleno rendimiento, Bart Santana ya tiene material suficiente para abrir una galería de arte. Por las reacciones de sus seguidores en la red, parece que clientes no le faltarán.