Alberto San Juan es, aparte de un excelente actor, una persona que suele decir lo que le sale del moño, y a menudo, lo que dice irrita a muchos hiperventilados de las españas que se envuelven con la bandera a la mínima de cambio. En un país donde un 60% de los encuestados por el diario El Mundo "vería con buenos ojos la propuesta del PP de disolver partidos independentistas" (como dice Jordi Basté, "Dios mío... ¿Después de eso qué queda? ¿Prisión por pensar ser independentista? ¿Y después, fusilamiento, no? ¡Es que es bestial!), cuando alguien alza la voz y osa decir alguna cosa sobre los españoles, los ultras empiezan a sacar espuma por la boca. Y ahora, no vean cómo han reaccionado a unas palabras de San Juan precisamente en el mencionado diario.
El actor madrileño tiene, a sus 55 años, una envidiable carrera, con participación en diferentes series, películas y obras de teatro como El cuarto pasajero, El test, Sentimental, Ventajas de viajar en tren. Barcelona nit d'hivern, Una pistola en cada mano, Mientras duermes, Días de fútbol, El otro lado de la cama, El Rey, Reyes de la noche, Vamos Juan, Águila roja o Periodistas. Y ahora, en el mismo mes, estrena una de las series más esperadas del año, 'Cristóbal Balenciaga', sobre el famoso diseñador, mientras vuelve a los escenarios con 'Macho grita'. Por este doble motivo lo han entrevistado en El Mundo, donde han aprovechado para hablar de política, él, que suele mojarse: "Cada vez que históricamente ha habido un intento de autoorganización popular para cuestionar el poder existente, la reacción ha sido acabar cuanto antes con eso en defensa de los privilegios. Toda acción desarrollada desde el poder en España desde 2011 tiene un solo objetivo que es matar el 15-M".
Un San Juan que tiene claro que de un tiempo a esta parte, el gran tema es la identidad de España, y el país que se rompe y qué malos son los indepes y bla, bla, bla. Él, sin embargo, pone juicio: "Me planteo qué es ser español y me doy cuenta de que ser español como mucho es una tercera parte de lo hispánico. Porque lo hispánico hasta la victoria militar de la corona de Castilla en 1492, era tan cristiano como judío o musulmán. Y no hablo solo de religión. La identidad española es absolutamente trans porque su pasado es multicultural. A partir de 1492 se impone que ser español es vivir, bailar, rezar, comer, creer, pensar y hablar de una sola manera. A partir de 1492, ser español supone pensar menos". Impecable. Evidentemente, le han saltado a la yugular en cero coma, especialmente un Hermann Tertsch que ha vuelto a perder los papeles.
El eurodiputado de Vox, en su línea, diciendo que "Alberto San Juan no sabe que un imbécil que odia es un imbécil al cuadrado". ¿La mejor respuesta a la nueva estupidez de Tertsch? De un colega de profesión de San Juan, el maravilloso Antonio de la Torre: "Cuando hablamos de los demás en realidad lo hacemos de nosotros mismos":
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