Para muchos artistas, su relación con la política ha sido siempre una cuestión de equilibrismo. Temerosos de que pronunciarse abiertamente les haga perder adeptos, algunos prefieren no opinar de nada y guardar silencio. Y es que son muchos los casos de actores y cantantes que han sufrido algún tipo de boicot cuando han defendido públicamente sus ideas. Sin ir más lejos, Dyango ha llegado a confesar que empezó a perder conciertos en un montón de ciudades españolas después de explicar que era independentista. Pero como en el caso del cantante de boleros, esta espada de Damocles no amedrenta a todo el mundo. Hay quienes pasan del qué dirán y opinan cuando quieren de lo que quieren. Entre ellos, otra catalana, la actriz barcelonesa Anna Castillo. Acción – reacción. La ganadora de un Goya por El Olivo se expresa en redes sociales y los ultras la atacan.

Anna Castillo premios Goya GTRES

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Castillo ha compartido este martes un vídeo de Irene Montero, un discurso feminista viral de la ministra de Igualdad aleccionando a una diputada de Vox que había asegurado que la violencia no tiene género. "Ustedes piensan que las mujeres, la mitad de la población, tiene mayor tasa de desempleo, mayor dosis de precariedad, más tasa de parcialidad y trabajos temporales, y asume mayoritariamente el trabajo de cuidados por casualidad. ¿Pueden quitarse la venda de los ojos y ver que hay condiciones estructurales de desigualdad que afectan peor a las mujeres?", le pedía. Pero los aplausos de la actriz a la dirigente de Podemos no han gustado a sus haters ultraderechistas. Esto es lo que le ha pasado después de colgar la secuencia en su perfil de Instagram:

@nanitita

Decenas de comentarios de personas que la atacan. "Mucho mensaje desagradable cada vez que expreso mi opinión política", ha lamentado. Todos ellos, bloqueados después de hacerle comentarios que ha optado por no mostrar. Ni es la primera vez que Anna Castillo se manifiesta en contra de Vox, ni es tampoco la primera vez que la dejan verde por este motivo. Aunque acosarla no les ha servido todavía para hacerla callar.