Aitana Ocaña es una artista de cabo a rabo. Y eso que sólo tiene 20 años recién cumplidos. Pero tiene aquél algo intangible, aquel duende que tienen los escogidos. Llena los escenarios y tiene el talento que se descubrió en el mundo en la renovada Operación Triunfo, quedando en segunda posición sólo por detrás de la también excepcional Amaia. Pero además tiene carisma. Y simpatía. Y una naturalidad que echa para atrás. Hoy quien lo ha comprobado ha sido Josep Cuní, que la ha invitado a Aquí, amb Josep Cuní en SER Catalunya.

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SER Catalunya

Ha sido una conversación amable, confidente, hecha en un catalán que como ella misma reconocía, "lo tengo un poco oxidado. Muchas veces me invento las palabras, lo siento muchísimo". No había nada que lamentar ni por lo que pedir perdón. Pero en la parte final, un oyente ha querido incidir en esta cuestión: "¿Cuánto te oiremos cantar en catalán?". Ella remite a que ya lo hizo para La Marató, al lado de Manu Guix. Pero no sería extraño que algún día añadiera un tema en catalán en futuros discos.

Reconoce que vivir en Madrid tanto tiempo le ha oxidado el catalán, porque casi no lo habla con nadie. "Yo siempre he hablado castellano con la familia, catalán... con algunos amigos catalanes, pero poco. Pero no pasa nada, ahora vengo aquí y se arregla". La cantante de Sant Climent de Llobregat ha ido a presentar su primer trabajo discográfico, Spoiler, eso sí, bronca de manera divertida por Cuní, que no estaba de acuerdo con el título del disco: "Puede crear un equívoco, porque el final no se tiene que explicar nunca". Le responde la joven cantante: "Al final es una palabra muy de mi generación... ¿y de la tuya también, ¿eh?". Risas en el estudio y Aitana queriendo salir del jardín donde se había metido.

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Y una anécdota curiosa, cuando Aitana le confesó que anoche, después de cenar, no podía dormir. No paró de dar vueltas por la cama y se le hizo la hora de levantarse, ducharse y coger el tren para ir hacia la entrevista. Aitana ha dormido poco, o nada. Quizás en solidaridad con su interlocutor. Cuní también duerme poco. Pero a pesar de madrugar tanto, la conversación entre los dos ha sido despierta y deliciosa. Seguro que el periodista se ha quedado con su Teléfono para volver a invitarla al programa algún otro día.