¿Te imaginas hacer de mecenas para el lanzamiento de un producto que te interesa y que el proyecto muera antes haberse culminado? Pues esto mismo les ha pasado a los mecenas de Skully AR-1, el casco de moto "más inteligente del mundo".

Cerca de 2000 personas han dado voluntariamente parte de su dinero para que llegue al mercado este supuesto innovador casco, que, entre otras características "estrella", pretendía proveer direcciones o evitar que el motorista se distrajera. Al final no han obtenido nada, todo lo contrario: se han quedado sin caso y –todo apunta– que también sin dinero.

Después de que los hermanos Weller, fundadores y máximos mandatarios de la empresa, anunciaran en la web de proyectos de mecenazgo, Indiegogo, de forma repentina y "sintiéndolo mucho", que la marca cesaba las operaciones, ahora una antigua asistente ejecutiva de los hermanos, Isabelle Faithhauer, afirma que habrían utilizado la empresa Skully de manera "fraudulenta", para pagarse caprichos personales. Todo, en palabras de la empleada: una "farsa".

Así, las cantidades aportadas por los mecenas, muchas de las cuales no eran precisamente bajas (viraban entre los 43 y los 22.000 euros), podrían haber sido destinadas a cosas muy poco relacionadas con cascos de moto. Entre los gastos que los hermanos Weller habrían hecho con los más de dos millones de euros conseguidos en Indiegogo, se encontraría la asistencia a clubs de striptease, la compra de dos coches Dodge Viper o el pago de su vivienda personal en San Francisco.