Es obra del chef Diego Buick y la puedes encontrar en su restaurante de Róterdam (Holanda). Estamos hablando de la hamburguesa más cara del mundo, al menos así lo reconoce el libro Guinness de los récords.

¿Su precio? Ni más ni menos que 2.050 euros -sin patatas fritas ni ningún otro acompañamiento-, un precio que nada tiene que ver con el producto que solemos encontrar en las cadenas de comida rápida. Pero...¿cuál es el motivo que la hace tan cara?

Una selección de ingredientes tan selectos como variopintos tienen la culpa. Dentro de este sándwich podemos encontrar desde oro comestible sobre el pan, pasando por una carne que es una mezcla entre ternera Angus y Wagyu japonés, jamón de pata negra, langosta, trufa blanca o foie gras, hasta vainilla de Madagascar y una salsa de soja envejecida durante 34 años.

 

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Es difícil pensar que el sabor de toda esta mezcla de elementos cuesta 2.050 euros. Buick advierte que si alguien la quiere probar, lo tiene que avisar con antelación, ya que es un plato que requiere de una elaborada preparación.