Era un día normal en Bembibre, localidad de León, cuando una familia de 120 personas (sí, 120), hizo una reserva en el restaurante del Hotel Carmen para cenar. El día ya dejó de ser normal.

El motivo del multitudinario acontecimiento era un bautizo. Había comida y bebida en abundantes cantidades. El banquete incluía 30 botellas de whisky, lo que equivale a un cuarto de botella por persona (teniendo en cuenta que a un bautizo acostumbra a haber niños, es una cifra nada despreciable).

La sorpresa llegó a la hora de los postres: "cuando fuimos a servir la tarta al comedor, todos habían desaparecido", ha declarado el propietario del establecimiento.

Después de este meritorio a la vez que deshonrado acto de sincronización masivo -donde la numerosa familia dejó atrás más de 2.000 euros-, algunos trabajadores consiguieron encontrar a los estafadores en la zona de aparcamiento, pero no pudieron evitar su fuga.

Sin embargo, queda constancia del nombre del padrino y personal del hotel pudo anotar algunas de las matrículas de los vehículos, con lo que confían en pillarlos.