En el Palacio de la Zarzuela, el ambiente es sombrío. Las noticias que recibe el rey Felipe VI sobre su tía, Irene de Grecia, son cada vez más duras. El deterioro avanza. Los médicos ya no hablan de recuperación. Solo de tiempo. Y ese tiempo es corto.

Este verano, la reina Sofía no tenía intención de ir a Marivent. Su prioridad era quedarse junto a su hermana. Irene, de 83 años, atraviesa el momento más delicado de su vida. Pero Felipe insistió. Quería que su madre estuviera en la recepción oficial. Ella aceptó, aunque solo por unas horas. Al día siguiente, pidió regresar a Madrid. Un viaje de menos de 48 horas.

La reina Sofía no se separa de su hermana Irene de Grecia

Allí, en su residencia, la reina volvió al lado de Irene. La encontró frágil. Apenas habla o se mueve. No reconoce a nadie. La mujer que un día fue una presencia constante en la vida de los hijos de Sofía, ahora vive atrapada en un silencio sin retorno.

La reina Sofía con su hermana Irene de Grecia
La reina Sofía con su hermana Irene de Grecia

Durante años, Irene de Grecia fue un pilar. Cuando Felipe, Elena y Cristina eran niños, ella ejerció como segunda madre. Siempre presente. Siempre discreta. Ahora, ese papel es solo un recuerdo.

El año pasado se filtró que padece Alzheimer, aunque nunca hubo confirmación oficial. Pero las imágenes recientes no dejan lugar a dudas. La mirada perdida. El gesto ausente. El cuerpo débil. Los médicos han sido claros: “No le queda más de un año”. Una sentencia que la familia recibe con dolor, pero sin sorpresas.

El entorno de Irene de Grecia se prepara para lo peor

Zarzuela informa a Felipe VI de cada cambio. Y cada actualización es más devastadora que la anterior. Las males noticias han dejado de ser esporádicas. Ahora son una constante. Y todos, en silencio, se preparan para lo inevitable. Porque no hay avances ni hay mejoras. La situación empeora día a día. La reina Sofía está destrozada. Llora en privado. Sabe que el final está cerca.

Irene de Grecia de boda en Atenas, octubre 2024 / Gtres
Irene de Grecia de boda en Atenas / Gtres

En palacio, las conversaciones ya han cambiado de tono. Se habla de despedidas. De preparativos. Nadie quiere improvisar. Todo se está organizando con antelación. Los altos cargos han acordado con Sofía los detalles del funeral. 

El plan está claro: cuando llegue el momento, Irene será trasladada a Grecia. Allí reposan sus padres y su hermano, el rey Constantino. Es su deseo. Y así será. No descansará en España.

En Zarzuela ya se han tomado decisiones logísticas. Transporte. Seguridad. Ceremonia. Se respetará al máximo su criterio. La despedida será griega, sencilla y familiar.

Mientras tanto, la reina Sofía pasa cada minuto posible junto a su hermana. Sabe que cada día cuenta. Sabe que pronto ese silencio será definitivo. Y el rey, desde la distancia, recibe cada llamada con el corazón encogido.