Juan Carlos se convirtió en un rey intachable, sin embargo con el paso de los años su carrera se ha visto enturbiada por sus polémicas y ha terminado exiliado en Abu Dabi. El final más oscuro de un monarca. Felipe VI tomó esta decisión para que no perjudicase a la corona. Sin embargo, hay alguien detrás que intenta que sus episodios sigan en el foco mediático, aunque él esté retirado. El próximo mes de mayo se estrenará en Sky un nuevo documental sobre el marido de la reina Sofía. Aunque se ha intentado frenar con llamadas amenazantes, finalmente verá la luz el lado más oscuro del emérito. No obstante, a día de hoy todo se sabe del monarca.
A Juan Carlos siempre le han perdido las mujeres. Por todos es conocida su fama de mujeriego. El emérito era todo un seductor, no se le resistía casi ninguna. Sin embargo, algunas de esas mujeres no le fueron fiel y le chantajearon. Las calló a golpe de talonario, pero aún así han hablado. Se trataría de algunas de las más conocidas como Bárbara Rey o Corinna Larsen.

El Estado admitió que se le entregó una suculenta cantidad de dinero a Bárbara Rey para evitarle un escándalo sexual a Juan Carlos. Los dos protagonistas de esta historia empezaron su relación en 1975, el monarca se encaprichó de la vedette cuando la vio en una gala de TVE. Tuvieron un affaire, pero el padre de Felipe no iba a dejar a Sofía, por tanto la madre de Sofía Cristo empezó una relación con Ángel Cristo. A finales de los 80 se separó y recuperó su relación con Juan Carlos. Dejaron de verse en 1994. Le dejó él. Eso dolió a Bárbara.
Bárbara Rey grababa sus encuentros en casa con Juan Carlos I
La vedette no estaba dispuesta a que le dejasen. Quería continuar viendo a Juan Carlos y lo iba a conseguir con chantajes. “Bárbara no estaba dispuesta a pasar página tan fácilmente. Disponía de todo un arsenal de grabaciones, filmaciones y fotografías… La discreción no es uno de los dones de Juan Carlos, y con su amante hablaba sin tapujos de todos sus problemas… Cuando los cómplices de Bárbara Rey en el chantaje escucharon algunos ejemplos de lo que tenía grabado, se asustaron de la sangre fría de la ‘vedette’”, contó Rebeca Quintáns en ‘La biografía de los silencios’.

Bárbara Rey supo cubrirse las espaldas y Juan Carlos pecó de ingenuo. La vedette instaló cámaras por toda la casa, especialmente en el dormitorio, y grabó conversaciones privadas, pero también escenas de alto voltaje. Estaba dispuesta a hacerlas públicas por dinero. “[Bárbara Rey] tiene tres vídeos tomados en su casa. El primero en el comedor, el segundo en la cama y el tercero también en la cama. Se oye bien la conversación entre ambos. Bárbara Rey tenía cámaras ocultas en su domicilio, una en el salón camuflada dentro del televisor… La asusté y le dije que hay que negociar con él, pero que el Rey no tiene dinero”.