Los miembros de la Familia Real británica deben mostrar siempre una imagen intachable ante la sociedad, así que deben mantener en secreto sus vicios y adicciones para no perjudicar a la institución que representan. Por ese motivo, Camilla Parker-Bowles ha mantenido en secreto el vicio malo al que lleva enganchada desde hace más de 30 años y que aún no ha podido dejar del todo. Según se ha dado a conocer, la esposa de Carlos III aún no ha podido superar su adicción al tabaco, a pesar de que su marido se ha opuesto a este hábito desde que retomaron formalmente su relación a finales de la década de los 90.  

El consumo de tabaco es una práctica que, aunque ha disminuido su popularidad en todo el mundo en los últimos años, sigue siendo una adicción que afecta la salud y la calidad de vida de millones de personas. Por ese motivo, el nuevo monarca británico ha exhortado a su mujer para que deje a un lado su dependencia por el cigarro, dado que algunas fuentes cercanas a la ex duquesa de Cornualles han admitido que Camilla podría llegar a fumar medio paquete al día, un hábito que ha repetido en los últimos 30 años y que han dejado una marca en su salud, en su piel y hasta en su dentadura.

Por esa razón, tomó la decisión de buscar ayuda profesional para disminuir el consumo de tabaco paulatinamente hasta erradicarlo del todo. Esta decisión de dejar de fumar no solo es una lucha personal de Camilla, dado que Carlos III también la ha presionado mucho para que deje de hacerlo, puesto que debe mejorar su imagen ante la ciudadanía británica ahora que se convirtió en reina, y el hecho de ser una mujer fumadora no es bien visto ante los ojos del pueblo, quienes siempre tuvieron como ejemplo a Isabel II, quien odiaba profundamente el consumo de tabaco debido a que su abuelo, el rey Jorge V, y su padre, el rey Jorge VI, habían perdido la vida por enfermedades causadas por su adicción al tabaco.

Camilla Parker-Bowles busca ayuda profesional para dejar de fumar e invierte una fortuna en su imagen personal

Durante algún tiempo, Camilla recibió ayuda profesional del gurú de la salud Mosaraf Ali para poder dejar de fumar. Y aunque aparentemente dejó de hacerlo, algunas fuentes cercanas a la nueva reina han admitido que Camilla recurre al cigarro cuando se ve envuelta en una situación que le causa estrés o una gran preocupación. De modo que puede que se fume uno o dos cigarros antes de su coronación el próximo 6 de mayo.

Pero, además de su intento de abandonar este hábito definitivamente, la esposa de Carlos III también decidió someterse a varios procedimientos estéticos para mejorar su apariencia. Según el libro ‘Majesté’, del autor Bertrand Meyer-Stanley, Camilla Parker-Bowles ha gastado una cantidad significativa de dinero en el blanqueamiento y realineamiento de sus dientes, tratamiento con láser para eliminar líneas de expresión alrededor de la boca y las patas de gallo y la eliminación de arrugas con infiltraciones de bótox y peelings ultrasónicos.