La figura de Irene de Grecia, conocida en el entorno familiar como “la tía Pecu”, ha quedado completamente relegada del presente de la familia real española. Hermana de la reina emérita Sofía y tía del rey Felipe VI, durante años formó parte del círculo cercano de la familia en Zarzuela. Sin embargo, su presencia se ha ido desdibujando hasta desaparecer prácticamente por completo de la vida pública… y también de la privada.
En la actualidad, Irene vive retirada y con escasa movilidad. Pasa la mayor parte del tiempo en el Palacio de la Zarzuela, donde cuenta con cuidados permanentes. Pese a esa cercanía geográfica, tanto la reina Letizia como sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, han dejado de visitarla. Según se comenta en los entornos próximos a Palacio, ni una ni otra han acudido a verla en los últimos tiempos.
Una relación que nunca llegó a construirse
La ausencia de visitas no es una simple cuestión de agenda. Se trataría, más bien, de un reflejo de una relación distante desde el principio. Letizia, según distintas versiones, nunca tuvo una conexión personal con la hermana de la reina Sofía. Aunque el trato fue siempre correcto en los actos públicos y familiares, no existió un vínculo afectivo entre ambas. Con el tiempo, la relación no solo no se fortaleció, sino que quedó completamente diluida.

En cuanto a las hijas del rey Felipe VI, la situación es similar. La infanta Sofía no mantiene ningún contacto con su tía abuela, y la princesa Leonor, cuando se encuentra en España, apenas pasa por Zarzuela y solo visita a su abuela en momentos muy puntuales. En esas ocasiones, Irene no suele formar parte del encuentro. La realidad es que el vínculo con la parte materna de la familia del rey se ha ido apagando de manera progresiva.
Este distanciamiento no implica necesariamente un conflicto, sino más bien una desconexión natural derivada de los cambios generacionales y de prioridades personales. Mientras Irene de Grecia continúa su vida en la residencia familiar, quienes hoy protagonizan la actualidad institucional y mediática han tomado otros rumbos, centrados en sus respectivas agendas.
Con más de 80 años, sin presencia pública ni actividad oficial, Irene vive en un entorno discreto y tranquilo, acompañada por el personal de confianza que se encarga de su día a día. Su situación contrasta con el dinamismo que hoy rodea a la princesa Leonor y la infanta Sofía, cada vez más visibles en actos institucionales y formativos.
En este contexto, la figura de la “tía Pecu” parece haber quedado relegada a un plano simbólico, como parte del pasado de la institución. Una presencia que, aunque respetada, ya no forma parte activa de la vida familiar de la nueva generación real.