El verano en Marivent no será el de siempre para la Reina Sofía. Aunque cada año acostumbra a pasar varios días en el palacio mallorquín, este 2025 tendrá que recortar su estancia por un motivo de peso: el preocupante estado de salud de su hermana menor, Irene de Grecia, conocida cariñosamente como la ‘tía Pecu’.

La situación médica de Irene se ha complicado en las últimas semanas. Aunque se mantiene en su residencia habitual y no se ha hecho público ningún parte médico concreto, su estado es frágil y requiere atención constante. Tanto es así que la Reina Sofía llegó a plantearse no viajar este verano a Mallorca para quedarse a su lado y cuidar personalmente de ella. No era un gesto simbólico, sino una intención real: cancelar las vacaciones por completo para centrarse en su hermana.

Finalmente, ha sido la familia la que ha conseguido convencerla. En concreto, sus hijas, la infanta Elena y la infanta Cristina, han jugado un papel clave para tranquilizarla. Le han asegurado que ellas estarán al tanto de todo, que Irene no estará sola ni un momento, y que puede permitirse unos días de descanso sin sentirse culpable.

Una decisión difícil pero inevitable

Pese a esta tranquilidad aparente, Sofía no ha querido desentenderse del todo. Por eso ha decidido que sí viajará a Marivent, pero solo unos días. Nada de estancias prolongadas ni semanas enteras como en otros veranos. La reina emérita estará en Mallorca lo justo y necesario para desconectar, pero ya ha dejado claro que volverá cuanto antes para estar de nuevo junto a su hermana.

Esta decisión, más emocional que protocolaria, demuestra la estrecha relación entre ambas. La 'tía Pecu' siempre ha sido una figura muy presente en la vida de Sofía, discreta pero constante, y ahora que la salud le falla, la reina no quiere perder ni un minuto lejos de ella.

La tía Pecu
La tía Pecu

En Marivent se espera que Sofía mantenga un perfil muy bajo. Nada de eventos públicos ni encuentros con medios. Viajará con lo justo, permanecerá en círculos privados y regresará rápidamente a Madrid o al lugar donde esté su hermana en ese momento. Todo apunta a un verano atípico, marcado por la preocupación familiar.

Elena y Cristina, por su parte, seguirán haciendo turnos y apoyando a su madre en esta etapa delicada. No hay tensión ni sobresaltos, pero sí una sensación clara de que la prioridad, este año, no son las vacaciones ni el descanso, sino estar unidas y presentes.

Así, este verano no tendrá el sello tradicional de la Casa Real, al menos no para Sofía. Porque cuando se trata de familia, ni el mar de Mallorca ni el sol de julio compiten con el cariño y la cercanía.