Seguro que muchos recuerdan el momento en que Froilán se disparó en el pie. Otro momento que podría ser el reflejo de Juan Carlos I. El emérito también tuvo problemas con un arma, pero en este caso mucho más serios. Supuestamente de forma accidental, el monarca disparó a su hermano Alfonso en la sala de juegos. Este episodio siempre se ha intentado silenciar, pero Pilar Eyre destapó la verdad en su libro ‘Yo, el rey’.

Entre sus páginas, la experta en Casa Real no repasa la vida de Juan Carlos, sino que incide en algunos episodios claves de su vida. Uno de ellos está dedicado al fatídico accidente que terminó con la vida de su hermano pequeño, segundo en la línea de sucesión. En aquel entonces, el emérito tenía 18 años y Alfonso 14.

Juan Carlos mirada
Juan Carlos mirada

Pilar Eyre relata con todo lujo de detalles aquel escalofriante suceso 

Pilar Eyre no escatima en detalles. “Suben corriendo al cuarto de juegos: ‘Yo primero que la pistola es mía’, ‘Pero las balas son mías’, ‘Pero la pistola es más importante’. En la pared hay una vieja diana de papel. Juanito se instala de espaldas a la mesa de billar. ‘Yo, yo, yo’ con las piernas abiertas apuntando cierra un ojo”, empieza el relato. “El hermano loco, el que no camina sino salta, el que nunca está quieto, da un gran salto al frente a la cara de Juanito riéndose a carcajadas, pero el dedo de Juanito ya ha apretado el gatillo, sale la bala inexorable. Congelado por el miedo, Juanito ve cómo a su hermano se le vidrian los ojos y cae hacia atrás”, escenifica con todo lujo de detalles.

Sofía funeral efe
Sofía funeral efe

En el momento en que Alfonso ya había fallecido, Pilar, hermana mayor de Juan Carlos, gritó “ha sido un disparo”. “El alarido escalofriante, roto, el chillido de la tiza en la pizarra de Juanito bajando la escalera ‘Mami, mami’. Ha sido un tiro limpio, una bala que ha entrado por la nariz y se ha alojado en el cerebro, en el suelo hay un pequeño charco de sangre. No tiene la cara deformada. Loco de dolor, el padre coge el cuerpecillo de su hijo, atrapa por el cogote a Juanito que tiembla pálido, tan aturdido que ni llora y le obliga a arrodillarse delante del cuerpo de su hermano ‘Y ahora jura que no lo has hecho a propósito’”, continúa Pilar Eyre en un relato espeluznante.

“Por qué lo hizo. No se sabe pero eso dio pie a oscuras teorías puestas en circulación sobre todo por su tío Jaime que aprovechó esa desgracia familiar para alimentar la sombra de la sospecha sobre la capacidad mental de su sobrino Juan Carlos”, concluye la periodista.