El rey Juan Carlos ha salido ya del Hospital Sanitas de La Moraleja donde el sábado fue intervenido para sustituirle una prótesis en la rodilla. Ya tiene el alta médica. Pero mientras él estaba en la habitación este fin de semana, fuera, a las puertas, se representaron dos obras de teatro: dos comedias románticas protagonizadas por Letizia y Sofía. El teatrín que hicieron, en palabras de la infanta Elena, ha servido para poner paños calientes a la lamentable imagen dada la semana pasada en la Catedral de Palma, pero no para curar la herida.
El sábado, suegra y nuera fueron del brazo, acompañando al rey Felipe a ver al rey emérito. Y por si no era suficiente, el domingo, dos tazas: volvían los mismos implicados, esta vez con las niñas bien cogiditas de la mano de su abuela. Tanta visita, sin embargo, no ha servido para enderezar una situación de puertas adentro. Quizás se han hecho la foto de cara a los medios, pero nadie, ni la propia familia real, se cree el paripé. De hecho, parece ser que ni el mismo Juan Carlos ha querido recibir a la reina Letizia en ninguna de las dos visitas, dolido todavía, no tanto por la rodilla, y sí en su orgullo, después de ver el desaire que le hizo a su mujer Sofía.
El parto médico indica que "la evolución es favorable y que tiene que continuar la recuperación en el Palacio de la Zarzuela". El padre del rey mejorará su movilidad y calidad de vida, pero seguirá llevando bastón. Quizás mejora la calidad de vida... de la rodilla, pero los dolores de cabeza que le provoca su nuera no ha habido ningún médico que haya osado ponerle remedio. Hoy, el rey emérito ya ha salido del hospital, y al igual que su hijo Felipe, no ha querido pronunciarse sobre la imagen dada en el Letiziagate. Así es como reaccionó Felipe cuando le preguntaron por la imagen de la monarquía:
La Familia Real sale del hospital tras visitar al rey don Juan Carlos https://t.co/s4y9xKsEKw via @YouTube
— Tilda A. (@TildaAng) 8 de abril de 2018
Y hoy, Juan Carlos se ha limitado a bajar la ventanilla del coche y bromear con los periodistas: "Los cien metros no sé si los podré hacer, pero caminaré mucho mejor. Ahora, a sufrir", decía el paciente. Los mal pensados interpretan que ahora le tocará volver a sufrir y aguantar los despropósitos de Letizia sin poder hacer nada más que aconsejar a su hijo Felipe. Él, sin embargo, se refería, en principio, a la larga rehabilitación que le espera lejos de la clínica... ¿Con Letizia de enfermera? No creemos.