Probablemente el rey Guillermo de Holanda desconozca el refranero español y aquella frase que dice que cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar. Que las monarquías no es lo que eran, es una evidencia. Sólo hay que ver como ejemplo la de los borbones. Gran parte de la sociedad y las autoridades políticas ya no están dispuestas a tragárselo todo, y ponen el grito en el cielo cuando se conocen conversaciones vergonzosas de Corinna implicando al rey emérito en supuestos blanqueos de dinero o se preguntan hasta cuándo se les tendrá que perdonar todo lo que hagan. Por no hablar de la estropeada imagen de una familia en entredicho, empezando por Juan Carlos y acabando por Letizia.
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En Holanda, la opinión pública y la ciudadanía va por el mismo camino que la española y empiezan a cantarle las cuarenta a su rey y sus privilegios. Ya no le permiten a Guillermo que para ejercer su papel como jefe del Estado lo haga como si fuera el protagonista de un cuento de los hermanos Grimm y le exigen que toque de pies en el suelo. Explica el diario El Mundo que una de las aficiones preferidas del monarca holandés indigna a sus conciudadanos. La caza.
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Si Juan Carlos era muy amigo de cazar elefantes rifle en mano en Bostwana, Guillermo tiene un coto de caza que le cierran durante tres meses en otoño para goce y disfrute exclusivo de su majestad. Coto que pagan el resto de ciudadanos y que ahora quieren eliminar. Del 15 de septiembre al 25 de diciembre, la reserva natural de Kroondomein Het Loo se cierra para que Guillermo pueda "controlar la fauna de manera segura", en un eufemismo vergonzoso para decir que pueda cazar muy solito y tan tranquilo con un grupo de amigos a los que acostumbra a invitar al municipio de Apeldoorn, a 100 kilómetros de Amsterdam, en busca de jabalíes y ciervos. Un emplazamiento que cuesta "centenares de miles de euros anuales para su mantenimiento" según una diputada animalista del parlamento holandés, que exige que se abra el parque al público para impedir que los monarcas sigan matando animales. En Holanda existe un importante movimiento en defensa de los animales, con un importante crecimiento de escaños del Partido de los Animales (PvdD) según las encuestas.
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El año 2012, Juan Carlos pidió perdón públicamente por primera vez. Ahora, los holandeses esperan que Guillermo diga "lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir" después de su pasión por lo que él denomina la "fiesta de los animales".