La princesa Leonor se va a estudiar a un internado exclusivo de Gales donde, según perjura su director, no tenían ni idea de la sangre azul que le corría por las venas cuándo la admitieron... Quizás el hombre se piensa que nos chupamos el dedo.
Felipe y Leonor (GTRES)
La heredera pone pies de por medio para juntarse con chicos y chicas de todas las partes del mundo y de diferentes clases sociales, pregonan los más monárquicos. El caso es que la niña no es la única Borbón que hace las maletas hacia un centro de estas características. Su papi ya lo hizo hace unos años, rumbo a Canadá. El año 1984, Felipe ingresó en el Lakefield College School, un internado situado a 160 kilómetros de Toronto, la primera vez que el entonces príncipe viviría lejos de su familia. ¿Y quien estaba para cubrirlo? Evidentemente, Jaime Peñafiel. Y lo que recuerda de Felipe es que era "un niño enmadrado que vivía bajo la falda protectora de mamá, que decidió acompañar a su hijito hasta la misma puerta". Y no es una exageración.
Felipe (GTRES)
"Una llorosa" Sofía dejó al niño a las puertas del internado "un día gris y húmedo". Un Felipe triste y cojo: "había sufrido un esguince en el tobillo cuando jugaba en el palacio de Marivent". El escritor y periodista recuerda el lugar como "una cárcel. Compartiendo habitación de 10m² con otro interno, sin baño. Cada mañana, a las 6.45, tenía que correr en pijama o calzoncillos por los pasillos hasta legar a las duchas comunas". Explica Peñafiel que aparte de Sofía, quien más lloró fue el perro de Felipe que después Letizia echó de palacio. Y que en el centro, el Borbón fue conocido con un aséptico "Flip, sin ninguna consideración ni privilegio". To flip, en inglés y en argot, significa perder la cabeza... Escuchando a Felipe algunas veces, como el 3 de octubre del 2017, algunos dirían que el apodo le iba que ni pintado.