Ya veremos en qué acaba la reunión que la reina emérita quiere hacer en Marivent con todos sus hijos y nietos. La yaya Sofía tiene metido entre ceja y ceja que vayan hasta Palma todos ellos, con la única excepción de su maridito Juan Carlos al que tanto quiere. Seguro que debe pensar: que se quede en Sanxenxo y no moleste, que así estamos todos más tranquilos. Pero la ausencia del emérito no asegura la paz en la foto de familia que pretende instigar la griega. Y es que los puñales pueden ir que vuelan en aquella reunión, si se llega a producir. Porque allí, todo el mundo se odia. Leonor y Sofía no tienen trato con las ovejas negras de la familia, unos Froilán y Victoria Federica tarambanas, que Letizia no quiere que sean una mala influencia para sus hijas. Pero sin duda, la fricción máxima está en la reina y sus cuñadas, las infantas Elena y Cristina. No se soportan ni lo disimulan. Las hermanas del rey, incluso, podrían no aparecer por Marivent, de tan tensas como están las relaciones, según informó el programa de Sandra Barneda, Así es la vida, tal y como asegura José Apezarena, biógrafo del rey Felipe:

Con este panorama, la reina Sofía sufre porque sus planes de hacer el paripé de que son una familia feliz se pueden ir al garete. Ella, sin embargo, insistirá en que se produzca el encuentro público y hacerse la foto con hijos y nietos. Quizás lo consigue. Pero lo que no conseguirá nunca es que reine la paz, el afecto y la harmonia entre ellos. De hecho, empezando por ella misma, que tampoco soporta a su nuera Letizia. Que los Borbones se caigan bien entre ellos lo vemos imposible. Vemos más factible otra vieja esperanza, un viejo sueño que tiene Sofía desde hace años, y que no desfallece en conseguirlo algún día antes de que se vaya al otro barrio. Y es que la madre de Felipe tiene una afición poco sabida por muchos ciudadanos. Una pasión que la hace mirar a menudo hacia el cielo.

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Sofia / GTRES

Y es que a Sofía la vuelven loca los ovnis. Bueno, la idea de los ovnis, porque no ha visto ni uno, cosa que le quita el sueño. Explican en Vanity Fair que a la reina emérita "le hace especial ilusión. Todavía no ha conseguido ver uno" desde hace más de 45 años, cuando se le escapó la oportunidad. Confirman que en sus ratos libres, es decir, el 99% de su tiempo, la reina se pasa las horas estudiando tarologia, arqueología y ufología, afición que le viene desde 1975, cuando el escritor J.J.Benítez publicó su primer libro sobre estos fenómenos, que entusiasmaron desde un primer momento a la madre del rey. Incluso, Jaime Peñafiel explicó que Sofía, en un viaje con él, se quedó con las ganas: “Serían las cuatro de la madrugada, o las tres y media. No habíamos entrado en China. Hacía rato que estábamos sobrevolando la frontera. De pronto, miré a la izquierda y vi dos focos inmensos, que yo no había visto aproximarse porque iba embebido en la lectura. La luz era tan fuerte que no se podía ver lo que había detrás. La gente se despertó, porque fue como si se hubiera hecho de día. Era más fuerte que la luz del sol. Entré en la cabina y me dijo el comandante: ‘Ya veo, ya veo. Hay un objeto no identificado que no se detecta en el radar’”.  Para el periodista era un avión soviético. Para Sofía, un ovni, aunque no lo pudo ver: "¡Tienes que creer, tienes que creer! ", no paraba de repetirle.

La reina Sofía, Juan Carlos I y Jaime Peñafiel
Sofía, Juan Carlos y Jaime Peñafiel

Sofía pierde la cabeza tratándose de ovnis. Un día incluso preguntó a un especialista cuándo podría ver uno: "¿Y yo puedo ver un ovni"?. El hombre le dijo: "¿Y cuándo quiere usted verlos"?. Y ella: "pues en Navidad, que estamos toda la familia"... Parece un chiste. Grotesco. Llegó la Nochebuena y ella y su marido se quedaron despiertos hasta las tantas de la madrugada. Pero nada de nada. Cómo envidia la emérita a los afortunados que dicen haber visto ovnis en Alcorcón, Portugalete, o Mahón los últimos años. Como un comandante de un vuelo regular que iba camino de Menorca y dice que lo vio. Precisamente, como explica el citado medio, las islas Baleares son "el punto caliente de la ufología en España. También el lugar de veraneo de Doña Sofía, que en julio de 1972 se perdió el ovni que fue avistado en Sóller". No nos extraña, pues, que la reina pierda el norte para ir cuanto antes a Marivent. Y es que alguien como ella a menudo se pasa las noches mirando hacia arriba al cielo de Palma por si puede cumplir su sueño de una vez por todas. Además, debe pensar que mejor mirar para arriba, aunque no vea ni ovnis ni nada, que tener que mirar delante y ver a según quien de la familia.