Máxima preocupación en Zarzuela por la situación de la reina Sofía. Felipe VI, Cristina y Elena se han reunido de urgencia en palacio para hablar sobre el futuro de sus padres y el estado de salud de ambos. El emérito afronta serios problemas de movilidad debido a la artrosis severa que padece, su pierna izquierda está totalmente inmóvil y debería utilizar una silla de ruedas. Utiliza medicina regenerativa para intentar paliar el dolor. En público se apoya en su bastón y en el personal de seguridad. Por otro lado, la emérita está muy triste y se rumorea que podría padecer una depresión severa.

La reina Sofía con su hermana Irene de Grecia
La reina Sofía con su hermana Irene de Grecia

El monarca y sus hermanas quieren que la reina Sofía vaya a especialistas en salud mental, pero se niega en rotundo. De hecho, según Pilar Eyre, no quiere salir de su habitación, permanece totalmente a oscuras, encerrada, ni quiere salir ni recibir visitas. Apenas come ni duerme, síntomas claros de una depresión. Hay que reconocer que estos últimos años han sido muy complicados para la madre de Felipe VI. En unos meses ha perdido a sus dos pilares más importantes. Hace tres años Constantino de Grecia falleció a causa de un derrame cerebral, mientras que unos meses más tarde Irene de Grecia fue diagnosticada de Alzheimer. A día de hoy permanece en una cama, sin moverse, no recuerda absolutamente nada, es como si ya no existiese.

La reina Sofía se ha quedado sola y anímicamente está muy mal. Su hermana ha sido su confidente, su mejor amiga y ha permanecido a su lado en todo momento. Ahora ve como pierde las funciones más básicas. Llora desconsoladamente. Está rota por dentro. Felipe VI, Cristina y Elena quieren separarla de ella, pero se resiste, ahora mismo permanecer al lado de Irene no le hace ningún bien.

La reina Sofía espera la llegada de la vida eterna 

Según una persona cercana a ella, la reina Sofía sabe que el final de la vida terrenal está muy cerca, pero debido a sus creencias no es un problema para ella porque sabe que después de la muerte hay una vida eterna donde se reencontrará con aquellas personas que ha perdido. “No es el final, es el inicio de una nueva vida”, dice a su entorno más cercano. Lógicamente que hable de la muerte preocupa en exceso a sus hijos. La emérita ha perdido toda la ilusión por vivir.

Pilar Eyre cuenta que hay una persona que está al corriente de todo lo que sucede en Zarzuela. “Un caserón incómodo y solitario a pesar del trasiego de servicio, médicos, enfermeras y sacerdotes católicos y ortodoxos que visitan a la reina para ofrecerle consuelo. Los sobrinos griegos llaman todos los días y hasta Juan Carlos se interesa a través de Elena y Cristina por el estado de su mujer y de su cuñada”.

La reina Sofía recogiendo plásticos del parque
La reina Sofía recogiendo plásticos del parque