La reina Sofía vive un verano desgarrador. A sus 86 años, afronta uno de los momentos más duros de su vida. Se siente sola, sin fuerzas y atrapada en un entorno cada vez más frío.

La enfermedad de su hermana Irene de Grecia, la querida “tía Pecu”, es lo que más tristeza le produce. Siempre inseparables, han compartido casa, viajes y secretos. Ahora, el avance del Alzheimer ha dejado a Irene muy deteriorada. Sofía sabe que el final está cerca. Y el miedo a perderla la desgarra.

Irene Urdangarin con la reina Sofía, la infanta Cristina, Miguel Urdangarin y la tía Pecu / Gtres
Irene Urdangarin con la reina Sofía, la infanta Cristina, Miguel Urdangarin y la tía Pecu / Gtres

La reina Sofía, más sola y triste que nunca

Por primera vez en muchos años, Sofía pensó en no viajar a Mallorca este verano. No quería alejarse de su hermana. Al final, fue Felipe quien la convenció para que acudiera, aunque solo para cumplir con la recepción oficial en Marivent. Apenas terminó el acto, pidió regresar a Madrid. Quería estar al lado de Irene.

Pero la reina Sofía no solo enfrenta la enfermedad de su hermana. También la ruptura entre sus hijos. Y también un sentimiento profundo de abandono. El entorno no le ayuda a levantar cabeza.

La distancia familiar la consume. Apenas ve a sus nietas Leonor y Sofía. El contacto es mínimo. Solo en actos oficiales o en vacaciones forzadas. Con el resto de sus nietos, la relación es igual de pobre. Solo aparecen en sus estancias para pasar temporadas largas, casi siempre más por comodidad que por cariño.

Familia completamente rota

El conflicto entre sus tres hijos empeora todo. Lejos quedan aquellas estampas en las que aparecían juntos y felices los tres hermanos y sus familias. Son de otra época. Ahora, Felipe VI, Elena y Cristina no se soportan. Apenas comparten momentos juntos. Las tensiones son evidentes. Cristina y, sobre todo, Elena, presionan sin descanso para que Juan Carlos I vuelva a España. Alegan que su estado de salud es delicado y que merece pasar sus últimos años cerca de los suyos. Creen que el exilio en Abu Dabi, tras casi cinco años, ha sido castigo suficiente.

Joan Carles, Elena i Cristina, junts, GTRES
Juan Carlos con Elena y Cristina / Gtres

Pero Felipe VI no cede. A diferencia de su antecesor, considera que su prioridad es proteger la imagen de la monarquía por encima de cualquier Borbón o amigos. Y mantener lejos a su padre es parte de su estrategia para asegurar el futuro reinado de Leonor. No quiere a una figura tan polémica cerca del trono.

En medio de esta guerra, Sofía se siente desgastada. Ya no tiene fuerzas para forzar reencuentros. Ni ánimo para ejercer de mediadora. El dolor emocional se acumula.Su dolor es tan grande que ya ha hablado con Felipe para pedirle permiso para trasladarse a Grecia. Su deseo es claro: acompañar a su hermana en sus últimos meses. Irene siempre quiso morir en su tierra natal. Sofía quiere cumplirle ese deseo. Sería una forma de cerrar un ciclo vital.

Incluso contempla quedarse allí para siempre. Su papel institucional en España es casi inexistente. La aparición en Marivent junto a Leonor y Sofía fue, para ella, la escenificación del relevo generacional. El final de su ciclo en la monarquía española.