A estas horas se desconoce si la reina Letizia continúa en Mallorca con sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, disfrutando de sus vacaciones y poniéndose cada vez más morena o si por el contrario han hecho las maletas y se han marchado a algún destino secreto, volviendo a hacer gala de la transparencia de la monarquía española. Felipe ya hace unos días que las dejó al marcharse a Colombia, dónde protagonizó un nuevo esperpento en la toma de posesión del nuevo presidente, Gustavo Petro, al no levantarse cuando llevaron la espada de Simón Bolívar, un objeto con una carga fuerte simbólica. Pero el Borbón, por sus borbones, no tuvo la decencia de levantarse como todo el mundo y se quedó sentado, recibiendo las iras de todo el mundo, como del presentador Xavier Lapitz, que le dijo que era un "impresentable". Mientras tanto, ¿cómo le ha ido a su mujer Letizia?
Ella, encantada de la vida, morenísima, con minifalda y recibiendo las genuflexiones de las autoridades en Palma, como un invitado que se quedó plantado ante ella y la reina emérita Sofía en un besamanos, provocando la cara de pocos amigos de su marido y la reacción de la asturiana con la mano levantada. A Felipe se le entendió todo. Y a Letizia, también. Puedes verlo en este vídeo a partir del minuto 2'30". Fíjense en un hombre con corbata azul y pelo estilo Toni Genil:
En estas imágenes pueden ver uno de los muchos paripés que se han escenificado estos días en Mallorca, con suegra y nuera juntitas y haciendo ver que se llevan de maravilla. Y en según qué imágenes, eso ha sido todavía más escandaloso. Pero por mucho que quieran vendernos gato por liebre, se les ha visto el plumero, especialmente por la exageración de Letizia en sus confidencias a Sofía, y por la cara de asco que no disimulaba esta. Pilar Eyre, en un artículo imprescindible en la revista Lecturas, pone el dedo en la llaga: "Fue llamativa la sobreactuación de Letizia fingiendo complicidad con su suegra en Marivent. ¡Dos mujeres que se detestan fingiendo por el bien de la institución que son como madre e hija! Dejando aparte el hecho de que jamás hemos visto a Letizia teniendo con su propia madre, a la que adora, unas muestras de afecto tan desaforadas, más propias de una serie turca, lo cierto es que esta puesta en escena no ha convencido a casi nadie".
"La propía emérita no sabía qué cara poner y terminó con una expresión sombría, como si le doliera la cabeza", escribe. Imaginen: la reina emérita, experta en el arte de la hipocresía, que lleva toda su vida haciendo que mira hacia otro lado cuando su marido Juan Carlos le ha puesto los cuernos, que es una maestra en el arte de hacer el papelote, con dolor de cabeza y abrumada por tanta demostración (falsa) de afecto por parte de su nuera, con quien se detestan. Y Eyre apunta que a Letizia se le nota demasiado cuándo exagera: "No lleva en su ADN la capacidad de disimular con naturalidad, algo en lo que está versada Sofia".
Y pone un ejemplo sensacional que desconocíamos. Año 92. El emérito, acompañando a su amante mallorquina a una clínica suiza por una depresión. Después, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, alojados en el palacio de Pedralbes con Sofía, "por las noches las broncas eran apoteósicas, según una persona del servicio. Después, en público, Sofía se deshacía en sonrisas con Juan Carlos, ni una mala cara ni un gesto abrupto, todo era armonía entre esa pareja que se odiaba"... Pero después... Escribe la periodista una frase lapidaria: "'Jódete, porque no te vas a poder divorciar nunca de mí', le dijo la reina a su marido según una persona del staff palaciego"..... Sensacional... Paripé parecido al de estos días en Palma. ¿Le habrá dicho también Sofía a Letizia, en privado, la misma frase al revés: "Jódete, y a ver si te divorcias de mi hijo"?