La boda más sonada de Letizia Ortiz Rocasolano tuvo lugar el 22 de mayo del 2004 en la catedral de la Almudena de Madrid. Aquel día, la asturiana se juraba amor eterno con el príncipe Felipe y empezaba a dar sus pasos oficiales para convertirse en la reina de los españoles unos años después.

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Felipe y Letizia (GTRES)

Pero en el currículum de Letizia hay otra boda, unas primeras nupcias que tuvieron lugar unos años antes, concretamente el 7 de agosto de 1998 en Almendralejo, Extremadura. Letizia se casaba aquel día con Alonso Guerrero, el escritor que había sido su profesor de lengua en el instituto Ramiro de Maeztu de Madrid. Después de siete años de salir, decidieron darse el Sí, quiero en una ceremonia civil oficiada por el entonces alcalde popular de la localidad.

leticia alonso guerrero

Letizia y Alonso Guerrero

Explica Carlos García-Calvo en su libro póstumo Letizia. De la A a la Z cómo fue, no tanto la boda, sino el "ágape nupcial". El difunto escritor habla de que un año antes de divorciarse, todo era alegría en el restaurante de banquetes de la misma localidad donde fueron a celebrar la boda que había tenido lugar minutos antes en el salón de plenos del ayuntamiento. Cuando Letizia se casó con Felipe, se llegaron a ofrecer hasta 600.000 euros por las fotos de aquella primera boda, pero finalmente, estas no llegaron nunca a ver la luz. Probablemente, para no hacer comparaciones odiosas, teniendo en cuenta los invitados y los enormes gastos de la boda con el Borbón, con un desayuno pantagruélico en palacio que no tuvo nada que ver con su predecesor.

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Boda Letizia y Felipe (GTRES)

De aquel primer enlace con Guerrero se saben pocas cosas. Pero es curioso lo que explica García-Calvo sobre cuál fue la pièce de resistance, el plato fuerte de la boda. Y lo que escribe deja claro que una sombra de horterada sobrevolaba las cabezas de los invitados en Almendralejo. Porque el autor habla de un detalle concreto de la decoración, de unos "enormes cisnes de hielo", aunque otros "sostienen que se trataba de dos estatuas de los contrayentes en hielo". Vaya, Letizia en plan Elsa de Frozen. Una metáfora perfecta de cómo la ven muchos de sus haters: una mujer de hielo, fría y encantada de haberse conocido... Como los enormes cisnes de hielo.