La decisión de Guillermo de lucir barba ha generado gran revuelo en la monarquía británica. Más allá de un simple cambio de estilo, este gesto podría revelar una nueva era de flexibilidad y modernización dentro de la Casa Real.
El cambio del príncipe Guillermo
Durante años, el príncipe Guillermo ha mantenido un aspecto clásico y afeitado, siguiendo la tradición de la monarquía británica. Sin embargo, su reciente decisión de dejarse crecer la barba ha sorprendido a muchos y ha desatado una ola de especulaciones.
El príncipe Guillermo de Gales ha sorprendido recientemente al aparecer en un video junto a su esposa, Kate Middleton, luciendo una barba de varios días. Un cambio inesperado.

Es evidente que desde la muerte de la reina Isabel II, la monarquía ha experimentado varios cambios, y la decisión de Guillermo de dejarse barba parece ser uno de ellos. Aunque podría parecer un simple cambio de look veraniego, esta decisión tiene un trasfondo más profundo.
De acuerdo con fuentes cercanas a la Familia Real y por cómo lucían los varones de la corona británica, la reina Isabel II siempre prefirió que los hombres de la familia real lucieran afeitados, especialmente en eventos oficiales. Sin embargo, Guillermo ha decidido romper con esta tradición, al menos temporalmente.
La barba de Guillermo, más que un cambio estético
La realidad es que la barba del príncipe de Gales no solo es un cambio estético, sino que también evoca recuerdos de disputas pasadas. En sus memorias, el príncipe Harry relató cómo su decisión de llevar barba en su boda generó tensiones con su hermano mayor.
Y es que según las memorias del hijo menor de Carlos III, tituladas ‘Spare’, Harry había pedido permiso a su abuela para casarse con barba, algo que Guillermo no pudo hacer cuando regresó de una misión con las Fuerzas Especiales en 2008. Este antecedente añade una capa de significado a la decisión de Guillermo de dejarse barba ahora.
Pero eso no es todo, pues la barba del futuro rey también puede interpretarse como un símbolo de cambio y modernización dentro de la monarquía. A sus 42 años, el príncipe parece estar buscando una imagen más relajada y accesible, alejándose de las estrictas normas de apariencia que han caracterizado a la familia real durante décadas.

Este gesto podría ser una señal de que la monarquía está dispuesta a adaptarse a los tiempos modernos, manteniendo su relevancia en una sociedad en constante cambio.
En resumen, la decisión del príncipe Guillermo de dejarse barba va más allá de lo estilístico. Es un gesto cargado de significado, que refleja tanto cambios personales como institucionales dentro de la monarquía británica. Será interesante ver si este nuevo look se convierte en algo permanente o si es solo una fase temporal durante el verano.
Hay quienes aseguran que al Guillermo adoptar un estilo más relajado y contemporáneo, la Familia Real podría conectar mejor con las nuevas generaciones y ganar en popularidad, y al mismo tiempo la monarquía demostraría su capacidad para evolucionar y mantenerse relevante en un mundo en constante cambio.