Sofía era una de las reinas más queridas de las monarquías. Ahora ese testigo lo ha cogido con éxito Letizia, aclamada por su estilismo. La madre de Felipe VI siempre ha sido una mujer muy solidaria y religiosa, unas pasiones que comparte con su hermana, Irene de Grecia, el apoyo más importante. Ambas son espirituales, vegetarianas, practican meditación y creen en las terapias naturales. También se sienten muy cercanas al esoterismo y lo desconocido. Un interés que Irene de Grecia mostró pequeña. “Mamá, te conozco mucho antes que tú a mí, estaba arriba con el Niño Jesús, te vi aquí abajo y le dije: ‘esta es la mujer de la que quiero nacer”, le dijo con 4 años a la Reina Federica.

De cara a la galería, la reina Sofía parece una mujer muy cercana y amable, pero realmente no es así. Con la edad se le ha agriado el carácter. Aunque en los primeros años no tenía buena relación con Letizia, hay algo que las une. Las dos chocan bastante y eso es por su carácter. La mujer de Felipe VI habría aprendido varias cosas de su suegro, como su altivez. Según varias personas cercanas a Sofía, no es realmente como parece. Detrás de esa cara angelical se esconde alguien mucho más oscuro.

Benedicto y Sofía EFE
Benedicto y Sofía EFE

Letizia y Sofía se parecen en su carácter 

Pilar Eyre es una de las encargadas de revelar algunos detalles de la reina Sofía. La experta en Casa Real escribió ‘La soledad de la reina’, uno de sus libros más vendidos. Entre sus páginas revela los aires altivos de la mujer de Juan Carlos I cuando cree que nadie la está viendo. La periodista recuerda una escena que se vivió en el proyecto socio-educativo Naüm con Letizia. Niñas y niñas del centro tuvieron la oportunidad de hacer varias preguntas a Leonor. Una se interesó por saber que querría ser cuando fuese mayor. La reina la cortó y le espetó a la niña “lo que quiere no, lo que debe ser”.

Eyre recuerda también un episodio protagonizado por Sofía. La emérita subió a un avión de Iberia en compañía de Elena y Cristina cuando eran pequeñas. Una azafata, amablemente, se le acercó y le preguntó por las “niñas”, de una forma muy natural. Ella la corrigió. No son “niñas” son “infantas”, dejándole de esta forma que hay una gran diferencia entre la Casa Real y el resto de los ciudadanos españoles.

La reina Sofía siempre se ha querido superior al resto, y es algo muy normal en las monarquías.