La última vez que vimos al rey Juan Carlos fue haciendo el ridículo. Da igual cuando lean esto. El emérito es especialista en hacer pasar vergüenza siempre que aparece delante de las cámaras. Mucho más los últimos años, cuando por fin parece que todo el mundo le ha cogido la matrícula y se ha quitado la vena de los ojos. La esperpéntica comparecencia del monarca en el funeral de la reina Isabel II, partiéndose de risa al lado de la reina Sofía, mientras su nuera Letizia lo fulminaba con la mirada, un comportamiento del todo inapropiado, es una nueva mancha en la ya estropeada imagen suya de un tiempo a esta parte.

Hubo, sin embargo, un tiempo, donde todas le ponían al Borbón, unos años de esplendor monárquico donde España estaba como hipnotizada con una familia que a pesar de no pegar sello y vivir a cuerpo de rey, y nunca mejor dicho, recibían el calor de los ciudadanos, encantados de la vida con tener en Zarzuela a Juan Carlos, Sofía y los tres hijos, entonces niños, las infantas Elena y Cristina y el príncipe (y ahora rey) Felipe. Una época, años 80, donde todo se ponía debajo de la alfombra y donde las imágenes tienen un color sepia. De vez en cuando, de aquella época se recuperan momentos, sin embargo, humillantes para el emérito, como lo que se vio en un reportaje de EiTB que ahora ha vuelto a aflorar en redes gracias a un usuario que ha recordado este momento impagable, delicioso, maravilloso.

familia real años 70 80
Juan Carlos, Sofía y sus tres hijos, Elena, Cristina y Felipe / archivo TVE

Escena familiar en Zarzuela. Juancar y Sofi con sus tres hijos. Y papi que les da unos besos torpes en la frente de sus hijos y les dice que se tiene que marchar: "Os dejo que me voy a trabajar", dice Juan Carlos. Los tres hijos, cara de circunstancias, Cristina incluso parece como si le gira la cara y la mayor, Elena, que lo hunde con una pregunta demoledora. Cinco letras que suenan como un sopapo con la mano abierta a la mejilla de Juan Carlos: "¿Dónde"?. Sensacional. Pam. En toda la cara. La red, aplaudiendo con las orejas, lo ha hundido todavía más diciendo diferentes posibilidades de dónde puede haber ido a trabajar el Borbón:

¿Le preguntarán lo mismo Leonor y Sofía a Felipe? No lo descartemos.