En medio del silencio mediático que ha envuelto el divorcio entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, ha sido su hijo Miguel Urdangarin quien, con gran madurez, ha asumido un papel inesperado: el de mediador familiar. Fue él quien informó a su padre de la delicada situación emocional que atraviesa su madre desde la separación.

La ruptura matrimonial, lejos de ser un simple trámite legal, ha tenido consecuencias profundas. Especialmente para la infanta Cristina. Aunque Iñaki Urdangarin logró salir reforzado en el aspecto económico, acumulando la mayor parte de los beneficios materiales, su exesposa fue quien cargó con el mayor coste emocional. Desde el divorcio, la infanta ha requerido atención psicológica constante para afrontar la nueva realidad y evitar recaídas en un cuadro depresivo que, según su entorno, la ha afectado en el pasado.

Iñaki Urdangarin y Miguel GTRES
Iñaki Urdangarin y Miguel / Gtres

Miguel Urdangarin, muy preocupado por el estado de su madre

Miguel, uno de los hijos más discretos del matrimonio, no ha convivido de forma permanente con su madre, a diferencia de Irene, que ha compartido techo con ella en Ginebra. Es por eso que, cuando la ha visto, ha sido consciente de los cambios en su estado de ánimo.

En este contexto, no ha dudado en trasladar a Iñaki desde el primer momento la gravedad del asunto. En las conversaciones, el joven le ha pedido a su padre que modere sus apariciones públicas junto a Ainhoa Armentia. Y es que cada imagen publicada de la pareja duele profundamente a Cristina.

Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia
Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia

Piden discreción a Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia

Para la hermana del rey Felipe VI, ver a Iñaki rehaciendo su vida sentimental de forma tan pública representa un dolor constante. Aunque ella ha sido relacionada con un conocido empresario catalán, lo cierto es que no ha conseguido reconstruir su vida afectiva de manera estable. En contraste, la exposición mediática de Urdangarin y Armentia refuerza la sensación de fracaso personal.

Los cuatro hijos del matrimonio se mantienen unidos y, en privado, preocupados por la salud mental de su madre. Saben, por experiencias pasadas, lo que significa verla en una etapa depresiva. Es por ello que incluso Juan Urdangarin, el mayor, ha participado en los esfuerzos por mantener la calma y la discreción mediática. La petición principal: que su padre y su nueva pareja eviten las apariciones públicas innecesarias que puedan avivar la tristeza de su madre.

Desde el círculo íntimo de la infanta Cristina, se ha solicitado también al entorno de Ainhoa Armentia que mantenga un perfil bajo. Especialmente en eventos o salidas donde puedan ser fotografiados. La discreción es lo mejor para preservar la estabilidad emocional de la hija del rey Juan Carlos I.