Felipe VI y Letizia han dado por finalizado su matrimonio, por lo menos esto es lo que creen los expertos en Casa Real y algunas personas que les conocen muy de cerca. Desde hace unos meses, todos sus movimientos son analizados con lupa. Se encuentran en el foco mediático, y en cada una de sus apariciones la complicidad brilla por su ausencia. Tras las revelaciones de Jaime del Burgo, los monarcas han visto la oportunidad para no esconderse. Zarzuela guardaba el mayor secreto de la historia, pero por fin ha visto la luz. La reina habría sido infiel al rey con el abogado durante varios años. De hecho, no dejaron de verse hasta que los descubrieron.
Letizia nunca estuvo enamorada de Felipe. Se casó por ambición, tenía la oportunidad de convertirse en la mujer más importante de España, y no iba a desaprovecharla. La reina es una mujer muy controladora y calculadora, pero tras la última campaña de desprestigio hacia ella, sus intentos por controlar a su marido han fracasado. El padre de Leonor y Sofía empieza a disfrutar de la vida al ir por libre. Ha recuperado el contacto con sus amigos de toda la vida, como Álvaro Fuster. Se apoya en ellos. Estos últimos fines de semana no ha dormido en Zarzuela. Se ha ido lejos de Letizia.
Los amigos de Felipe con los que participaba en fiestas
Joaquín Abad ha revelado mucha información sobre Letizia y Felipe en la biografía de la reina no autorizada. Como por ejemplo la nula relación que existía entre los padres de Leonor y Sofía desde el primer momento. Podría haber sido un matrimonio de conveniencia desde el minuto uno. Y es que según el periodista, al hijo de Juan Carlos y Sofía le gustaría los hombres, no habla de una homosexualidad, sino de una bisexualidad. Se le ha visto con algunos amigos en México como Miguel Bosé o Alejandro Sanz. Ha participado en fiestas de ambos.
Además, el abuelo de Felipe, Pablo de Grecia, se declaró abiertamente bisexual. Se enamoró de un conocido gígolo de la época.
En la cama Felipe y Letizia nunca se entendieron, sus gustos eran muy dispares. Mientras el rey le gustaba verse con otros hombres, siempre según las informaciones de Joaquín Abad, recogidas por otros medios de comunicación, a la reina le gustaba vestirse con disfraces eróticos, como relató Jaime del Burgo en sus mensajes en redes sociales. Con el padre de Leonor y Sofía, Letizia no se divertía. Todo era demasiado aburrido.