La semana pasada fue una de las más tranquilas para Letizia. Debido al apagón del pasado lunes se cancelaron los actos institucionales que tenía programados para el martes y el miércoles. El jueves era el puente de mayo, así que no tenía ningún compromiso más. Momento que aprovechó para ir a ver a Leonor. El comandante de Elcano organizó una cena de gala en cubierta para los familiares de los guardiamarinas, una sorpresa después de cuatro meses sin ver a sus madres. La reina fue una más entre todas ellas. Esperó en el puerto hasta que llegó el buque escuela Juan Sebastián Elcano. La hermana de Sofía corrió hacia ella y se fundieron en un emotivo abrazo.
Hace varios meses que Letizia pedía a Felipe VI viajar a Latinoamérica para reencontrarse con Leonor, pero siempre se lo prohibía. El monarca está siendo especialmente duro con su hija en este aspecto, ya que debe completar toda su formación militar y no debe recibir ningún trato de favor diferente al de sus compañeros. Por este motivo han discutido en numerosas ocasiones, y es que la reina ha visto sufrir demasiado a su hija.
La princesa se ha visto superada por la presión mediática. Su viaje a bordo del buque escuela ha generado una gran expectación, y varios paparazzi la han perseguido durante la travesía, además de personas anónimas que tenían en su disposición un teléfono móvil con cámara de fotos y acceso a las redes sociales.
Letizia recriminó a Leonor su actitud en Elcano
A Leonor se le ha adjudicado una nueva pareja, en concreto uno de sus compañeros guardiamarinas, de 20 años y madrileño, con la mejor nota de selectividad de su promoción en la Comunidad de Madrid. Se les vio a los dos de fiesta en Brasil y el fotógrafo asegura que vio mucha complicidad, hasta se besaron, pero los escoltas le prohibieron realizar esa fotografía.
Letizia es una mujer muy controladora y calculadora, y lógicamente además de la ilusión que le hacía reencontrarse con su hija, aprovechó para reprenderle algunas cosas. Debe evitar dar motivos a la prensa para que la fotografíe. No le ha gustado verla, beber aquella jarra de cerveza tan grande, tampoco que aparezcan fotografías suyas en bikini en la playa, ya que aunque es algo normal, cualquier imagen puede repercutirle en el futuro, ni tampoco su nueva pareja, con la que no quiso hablar.
La reina y la princesa terminaron enfadadas, reprochándose cosas la una a la otra, fueron unas últimas horas de mucha tensión, y Leonor deseaba que su madre se marchase ya para España.
