Los Ortiz Rocasolano se divorcian de nuevo. Lo que tanto se había intentado esconder, finalmente ha estallado, y en Zarzuela no hay consuelo. Letizia había pedido discreción, silencio absoluto, pero el rumor era ya demasiado fuerte. Hoy se confirma: la relación de su hermana Telma Ortiz con el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar ha llegado a su fin. Seis años de convivencia y un hijo en común no han sido suficientes para mantener a flote una historia que, de puertas afuera, parecía estable y ejemplar. Sin embargo, hacia meses que la relación se había erosionado, especialmente desde que Robert había empezado a escribir ‘El cuarto poder’, uno de los motivos de esta ruptura.

Según ha podido confirmar Vanitatis, la separación es un hecho. Ninguno de los dos había querido hablar públicamente, pero en el círculo cercano de Bonnar era un secreto mal guardado: su matrimonio estaba en las últimas. El gesto definitivo ha sido el cambio de residencia. Él se queda en la vivienda de Alcobendas, mientras Telma ha hecho las maletas y se ha instalado en otra casa cercana junto a su hija. Una decisión clara, sin marcha atrás.
La historia comenzó en verano de 2019, cuando se dejaron ver juntos en el festival de los Jardines de Pedralbes. Hubo química inmediata, complicidad a la vista de todos. Meses después, en los Premios Princesa de Asturias, llegó la presentación oficial. Parecían dos enamorados adolescentes. Sin embargo, la realidad tras la foto era mucho más enrevesada. Robert estaba todavía casado con Sharon Corr, violinista del célebre grupo The Corrs, y amiga hasta entonces de Telma. La traición fue doble: sentimental y personal.
Los hijos de Robert compartían colegio en Madrid con Amanda, la hija de Telma, lo que dio pie a una estrecha relación entre ambas familias. De ahí nació un grupo de padres que organizaba planes y viajes en común. La situación se tornó insostenible cuando Sharon descubrió la relación. Dolida, no dudó en sacar a relucir su desdén de la manera que mejor sabe: con una canción en la que dejaba claro lo que pensaba de la nueva pareja. Una jugada muy al estilo Shakira.
En Casa Real nunca sentó bien esta exposición mediática. Letizia temía, con razón, que el nombre de su hermana volviera a protagonizar titulares poco favorecedores. Lo mismo ocurre ahora: este divorcio no ayuda a nadie. Ni a Telma, ni a Robert, ni a una Familia Real que lleva tiempo intentando escapar de cualquier foco negativo. Una ruptura que no sorprende, pero que sí incomoda.
Robert Gavinn podría amenazar con hablar de Letizia tras el divorcio de Telma Ortiz
Cuando ambos se unieron en matrimonio no firmaron ninguna cláusula de confidencialidad, algo que le recomendó Letizia y que la reina pensó que Telma finalmente hizo, pero no. Ahora corren serio peligro porque el abogado sabe demasiada información de la familia y podría usarla en contra de la corona. Se avecina un nuevo caso Iñaki Urdangarin. Pagar a Robert para que mantenga la boca cerrada.
