La crisis matrimonial entre Felipe VI y Letizia no es algo nuevo. Se habla de ella desde hace más de una década. En público, aparentan unidad. En privado, la situación sería muy distinta. Lo resumió Pilar Eyre: “Son un equipo de trabajo”. Nada más.

Las escenas de complicidad son cada vez más escasas. Hace años que no comparten planes privados si no es para posar ante las cámaras. Incluso hay quien asegura que dejaron de compartir cama y hasta habitación. Lo suyo sería ya una relación protocolaria más que sentimental.

Apenas coincidieron en Mallorca

En Mallorca, esa distancia volvió a notarse. Felipe llegó el 26 de julio. Letizia, en cambio, no apareció hasta el 31. Ese día se dejó ver junto a Leonor y Sofía en los cines Rívoli. Iban a ver un documental del Atlàntida Film Fest. No estaba en la agenda oficial. Al día siguiente, el rey acudió a un concierto. Letizia, ausente. El domingo 3, la reina clausuró el festival sin su marido.

Reina Letizia en el Atlàntida Mallorca Film Fest 2025
Reina Letizia en el Atlàntida Mallorca Film Fest 2025

La única coincidencia hasta entonces llegó el lunes 4, en la tradicional recepción de Marivent, junto a la reina emérita Sofía. La segunda, y última, se dio el martes, visitando una exposición de Joan Miró. Después, se activó el modo vacaciones privadas. Sin agenda, sin prensa y con destino “secreto”.

Letizia y Felipe tampoco comparten vacaciones privadas

Ese secreto duró poco. El miércoles partieron rumbo a Grecia. Igual que el verano pasado. Entonces compartieron días con la familia real holandesa, con quienes mantienen una relación cercana. Pero este año, tampoco ahí han estado juntos.

Letizia ha optado por un plan por su cuenta. La reina lleva cuatro días a bordo de un yate de 8 millones de euros. Un barco de lujo donde está acompañada por su círculo más cercano. Entre ellos, según algunas fuentes, estaría su actual amante, un personaje de las altas esferas. Del paradero exacto de Letizia, aparte del yate, poco más se sabe.

Mientras tanto, Felipe se aloja en la villa de Guillermo y Máxima de Holanda, una propiedad de 4.000 m² en el Peloponeso. Esta villa de los reyes holandeses, valorada en 4,5 millones de euros, ofrece máxima privacidad, tres casas independientes y acceso directo al mar Egeo. Un refugio perfecto para Felipe.

Mansió grega de la família reial holandesa
Mansión griega de los reyes de Holanda

En medio de todo, las infantas Leonor y Sofía dividen su tiempo. Unos días con el padre. Otros con la madre. Y otros, por libre, disfrutando con amigos. Todo mientras el matrimonio real continúa, al menos en lo personal, navegando en mares separados.