La ceremonia de la jura de la Constitución de Leonor ha sido como todas las ceremonias que protagoniza la princesa: sobria, correcta e impecable. Si Leonor tiene un pero es este aspecto robótico, de alguien programado para hacerlo todo bien: hablar catalán o que le luzca la boina militar. Los ojos azules y la melena rubia contribuyen a darle un aire distante, frío e infalible. La chica ya no es una adolescente. Es adulta desde este martes, y será analizada con más rigor. No comete errores, ha hecho el juramento como se esperaba, vestida con un blanco que todavía reforzaba más este aspecto de ser medio marciana, de persona venida del futuro. Solo imperfecta a ojos de una persona: Letizia. Si las miradas mataran, la infanta Sofía ya sería a estas alturas princesa de Asturias por la muerte de Leonor. Fulminada por Letizia

Letizia mala cara Leonor jura Constitución GTRES
Letizia mala cara con Leonor por la jura de la Constitución GTRES
Letizia malhumorada jura Constitución GTRES
Letizia malhumorada durante la jura de la Constitución GTRES

Empieza la era Leonor y acaba la era Letizia. Ya se ha dicho: Letizia no tiene desde ahora ningún papel constitucional y pasa a ser una figura meramente decorativa de Casa Real con un añadido: la heredera es una mujer y por lo tanto las comparaciones serán muy habituales entre madre e hija. Letizia ya sabe que tiene las de perder. La hija es más guapa, más natural, menos operada, más preparada, más joven y menos caragirada. Y es la novedad. Leonor hace que Letizia parezca muy vista. Y ella lo sabe. En el acto del Congreso de los Diputados la madre de Leonor estaba especialmente malhumorada, una cosa extraña tratándose del día más feliz de Leonor: cumple 18 años y es una mujer. Letizia cara de pocos amigos en todo momento. Especialmente, cuando a la hora de firmar el libro de honor ha hecho un gesto de contrariedad porque alguna de sus hijas debe haber escrito alguna cosa mal:

Letizia incómoda en el Libro de Honor, Casa Real
Letizia incómoda en el Libro de Honor, Casa Real

Letizia siempre se mueve en aquella fina línea que separa a un perfeccionista de un cretino. El día de la jura había ido todo como la seda, ningún inconveniente y no parecía lógico que la reina lo viviera con una tensión que hna percibido 2 especialistas catalanas, la siempre fina analista Pilar Eyre y Silvia Taulés. Se pone de manifiesto el contraste entre la complicidad de Felipe con sus hijas y la relación de Letizia y Leonor, similar a la de una institutriz siempre a punto para reñir a la alumna: ¿"Qué leen en el libro de firmas¿Un error sobre el que Letizia llama la atención de su familia? Una Letizia seria y tensa, mientras su marido incluso bromea con las hijas". Letizia no tenía un buen día. De hecho lo tenía marcado en rojo desde que Leonor nació. Y por si fuera poco le ha fallado su arma secreta: vestir elegante y sofisticada. Su look se ha visto arruinado por Francina Armengol. La presidenta del Congreso ha escogido un vestido del mismo color que el de Letizia.

Letizia y Francina, casi igual vestidas, EFE
Letizia y Francina, casi igual vestidas, EFE

Hay días que parece que todo saldrá mal. Y eso que el martes solo acababa de empezar. Por la noche cena con las cuñadas y los suegros, Cristina, Elena, Sofía y Juan Carlos, el club de los que odian a Letizia. Al final quien abdicará será ella.