Letizia hace de Letizia, es superior a ella. Se ha escrito mucho sobre su obsesión para mostrar la musculatura que trabaja en horas de fitness, escalada, pesas y gym. Tiene mucho tiempo libre. Añade un toque de bronceado no se sabe si solar, de rayo UVA o de tarro, falso maquillaje del brazo. El caso es que ha vuelto a mostrar músculo pero no en la playa sino en una recepción oficial del más alto nivel de Estado, al presidente colombiano. Y ha eclipsado todo el acto con los brazotes morenos que exhibe, por delante y por detrás.
La prensa va loca con esta exhibición y el digital LOC escribe "De constitución magra y delgada, cuentan (personas que la conocen bien) que la Reina Letizia debe su perfecta -dicen- tableta de abdominales a aquellas clases de danza que tomó cuando era una niña; y que el yoga y el pilates, además de serenar su mente y ayudarle a trabajar la musculatura (...) También se comenta que esos 'brazacos', cada vez más tonificados, son el resultado de una afición por la escalada que, al parecer, practica en el rocódromo que la han instalado en el Palacio de La Zarzuela".
Mucho deporte: : "Entrenador personal que acude a Zarzuela casi a diario, gimnasio particular distinto de los empleados, pesas y ejercicios de cardio para tonificar,, running, yoga Iyengar",. Mucho cirujano plástico y muy poco trabajo de oficina. Letizia es imagen y la imagen a veces es pasar más desapercibida. Es la consorte, no la reinante.
Letizia, vigoréxica
La vigorexia es un trastorno marcado por la obsesión de conseguir un cuerpo musculoso. Letizia hace años que lo sufre. Una cosa es estar esbelta y otra es hipermuscularse y evitar ingerir o beber nada que no sea healthy. Eso le permite mostrar una espalda que da miedo. Este es el músculo que no sabíamos que existía.
En relax la musculatura parece normal pero cuando alza el brazo incluso Ximo Puig se queda aterrado: Letiziator. La reina lucía un vestido muy favorecedor excepto si marca unos brazos de halterofílica. Letizia no es humana. Parece un cyborg.