Después del primer aniversario del referéndum y de los abusos policiales del 1-O viene el aniversario del 3-O, el segundo abuso, el del jefe del Estado. El discurso más ignominioso del rey Felipe contra el independentismo sin dedicar un segundo a los porrazos y a la brutalidad policial que sufrieron los votantes. Aquel punto de inflexión en la relación monarquia-Catalunya ha provocado un perfil no ya bajo sino inexistente del rey en estas dos fechas. Zarzuela no ha previsto un solo acto oficial ni aparición pública del rey ni el 1-O ni el 3-O. Escondido tras los muros de Palacio y bajo las faldas de la reina Letizia. Es buen momento para desarrollar la exclusiva que Pilar Urbano ofreció a En Blau: quien obligó al rey a poner más "cojones" en aquel discurso fue la reina Letizia.

Las crónicas cortesanas dirán que Letizia le ayudó a escoger la corbata rojo España, pero en realidad hizo mucho más. Según Pilar Urbano a En Blau: : "En el discurso del rey contra la independencia, que poco gustó a los catalanes, fue Letizia quien le marcó el tono que tenía que utilizar, porque le dijo que era el momento de poner los “cataplines” sobre la mesa". Ahora Vanitatis recoge esta revelación y ofrece más datos. "La Reina no tuvo prácticamente actos públicos durante aquellos días y se mantuvo trabajando mano a mano con el Rey". Aquel otoño la reina sustituyó a Felipe en dos actos públicos y allí, según el portal unionista "doña Letizia pudo pulsar la opinión de los próceres sobre lo que estaba ocurriendo y transmitírselo a su marido. Redactó sus propios discursos y tomó las riendas de la representación institucional". La clave estuvo en un acto común en Salamanca el 14 de septiembre de 2017.

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La crónica sobre la influencia de Letizia en el agresivo discurso del 3-O sostiene que quince días antes aquel "acto estaba plagado de intelectuales y académicos. En un momento dado, doña Letizia preguntó qué opinarían si el Rey diera un paso en el frente y pronunciara un discurso público en pos de la unidad de España. Los allí presentes le dieron su opinión, parece que favorable". Las crónicas confirman que Rajoy no quería el discurso del rey y fue Zarzuela quien se tiró a la piscina. Como reveló En Blau y ratifican ahora los digitales unionistas, la mano que mueve la cuna, quien movió los hilos contra los votantes catalanes aporreados fue la reina Letizia.