Letizia y Felipe han vivido un importante cambio en sus vidas con la marcha de sus dos hijas. Leonor se encuentra formándose como militar en la Academia General Militar de Zaragoza, mientras que la infanta Sofía estudia bachillerato internacional en Gales, siguiendo los pasos de su hermana mayor. Es el primer año que los reyes se ven completamente solos en Zarzuela. Ahora tienen más tiempo para ellos, pero también para sus compromisos institucionales. Debido a la ausencia de las niñas, han incrementado los actos a los que asisten semanalmente. De esta forma consiguen estar más ocupados y no caer en la monotonía. El rey confesó a personas de su entorno que su vida ahora es más aburrida.
La reina intenta buscar planes con los que alejarse de su marido. Por este motivo, volvió a recuperar los viajes internacionales. Una forma de huir de Zarzuela y de la rutina. Felipe VI también se ve con sus amigos sin Letizia. La monarca aprovecha el tiempo en el que el rey vuela lejos de España. El próximo 9 de diciembre, aunque es festivo en España, el monarca trabaja. Viajará a Argentina para representar a España en la toma de posesión del nuevo presidente, Javier Milei, que tendrá lugar el día 10 en Buenos Aires.

Letizia se queda unos días en Portugal
Letizia aprovecha esta ausencia de fin de semana, con la agenda totalmente liberada y sus dos hijas en casa para marcharse a Portugal. La reina viaja todos los años al país vecino, especialmente en verano. A veces va sola, aunque mayoritariamente se la ha visto con Leonor y Sofía, incluso con su madre, Paloma Rocasolano. Se instalan siempre en la zona del Algarve.
En Portugal, Letizia tiene un buen amigo. Se trata del empresario Vasco Manuel de Quevedo Pereira Coutinho, íntimo de la princesa que posee un imponente castillo en el que los príncipes se han instalado en varias ocasiones. A este amigo de Letizia también le rodeó la polémica precisamente por ser íntimo de la reina. Felipe VI le nombró marqués de Pereira Coutinho.
Además de ser un destino predilecto para las vacaciones de los actuales monarcas de España, Portugal se ha convertido en un refugio cercano por tierra, mar y aire. Este país vecino cumple con todos los requisitos, proporcionando una proximidad estratégica en casos de emergencia, como los atentados del 17-A en Barcelona, permitiendo un regreso rápido. Los reyes muestran un profundo aprecio por esta tierra, compartiendo un afecto notable que la Reina Letizia también comparte. Ambos se enorgullecen de la consideración que siempre han recibido por parte de los portugueses, destacando experiencias significativas durante sus visitas, tanto como príncipes de Asturias en 2012 como en su primera visita como Reyes en 2014.

En uno de los discursos de Felipe VI, expresó: "En ese profundo afecto y estima por las cosas de Portugal, me acompaña siempre la Reina Letizia, y ambos nos preciamos de la consideración que siempre hemos recibido de los portugueses y de la que tuvimos cumplida prueba con ocasión de la visita que realizamos aquí como príncipes de Asturias el año 2012, y posteriormente en nuestra primera visita como Reyes en 2014. Además de mis visitas anteriores y tantas en el ámbito privado, tanto antes de mi matrimonio como después y con nuestras hijas”.
El amigo de los reyes, un empresario de 70 años, desempeña un papel crucial en su estancia portuguesa al ser una figura discreta que busca mantener un perfil bajo para que pasen desapercibidos. Aunque se sabe poco sobre él, se ha revelado que está casado con la arquitecta Isabel María de Carvalho, con quien tiene dos hijos, Vasco, de 32 años, y Diogo, de 29.