Zarzuela es la sede oficial de una Institución del Estado, la Corona, pero al mismo tiempo es una residencia familiar. Desde el 78, cuando se votó la Constitución, se concede la Jefatura del Estado a una persona, Juan Carlos, y a sus sucesores. Por lo tanto, en el Palacio solo viven Borbones, personas de sangre azul, royals. Sofía, la consorte de Juan Carlos también tiene sangre royal, era una princesa griega. Y los maridos de las infantas, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarin, plebeyos los dos, nunca han residido oficialmente en el Palacio. Incluso la otra inquilina que vive allí por clemencia es otra princesa griega, Irene de Grecia, la hermana soltera de Sofía. Queda claro que durante 46 años de democracia en Zarzuela solo ha vivido una plebeya: Letizia Ortiz Rocasolano. Eso quizás explica que haya sido vista con malos ojos por toda su familia política, los Borbones, que la llamaban con desprecio "la Ortiz".
Los monárquicos más elitistas soñaban que Felipe escogería como futura reina de España a otra princesa europea, o cuando menos una aristócrata. Por eso el entorno de Juan Carlos fue dinamitando a todas las novias plebeyas del príncipe: Isabel Sartoriuas, Gigi Howard, Eva Sannum.. Pero finalmente se tuvieron que tragar a una plebeya: Letizia Ortiz. Peñafiel se refiere a ella con tono clasista "la nieta del taxista". El columnista, ahora en OK Diario, escribe este sábado sobre Letizia abordando un aspecto prototípico del clasismo: considerar que soltar palabras malsonantes, tacos y groserías no es propio de la clase alta sino del servicio, de las clases no aristocráticas. Peñafiel revela un enfrentamiento entre Letizia y una de sus cuñadas infantas, no dice cuál por todo hace pensar en Elena. Una infanta obligó a Letizia a moderar el lenguaje porque utilizaba determinadas palabras malsonantes y era considerada una grosera.
Peñafiel revela cuáles eran estas palabras feas que utilizaba habitualmente Letizia dentro de Palacio: "Dicen que su habitual palabrota era «jolines». Así la llamaban los amigos del rey Felipe, la jolines. Pero también eran frecuentes «coño» y «hostias». Hasta que una de sus cuñadas le pidió que moderara su lenguaje". No cuesta mucho imaginar a Letizia soltando un taco como coño u hostia, pero en el ambiente de alta nobleza de Zarzuela se considera un gesto de mala educación muy inapropiado, tanto en público como en privado. Letizia acabó echando de Zarezuela a todos los royals y fuera del núcleo de Letizia ya solo queda la emérita Sofía, que como todo el mundo sabe no habla ni una pizca de castellano y si suelta tacos serán en griego y nadie los entenderá.
Peñafiel olvida otro taco muy conocido de Letizia: a la mierda, pero dicho en francés para disimular y que quede más fino: merde. Son muchos los momentos que alguna cosa saca de quicio a la reina. Por eso Letizia ha sustituido jolines por merde, que suena peor. Lo explicó el difunto cronista Carlos García Calvo "Parece haberla reemplazado por algo decididamente más chic como merde!, como pudimos apreciar en su mensaje de adhesión a su compiyogui que reprodujo La Otra Crónica del diario El Mundo". Letizia será plebea toda su vida, una intrusa en Zarzuela.