Estén muy atentos a la primera semana del mes de agosto, porque pueden caer chuzos de punta. ¿Dónde? En Marivent. La reina Sofía ha tenido la genial idea de querer reunir a la familia y que hagan el paripé de parecer una familia feliz. Pero a estas alturas de la película los Borbones ya no engañan a nadie. Por mucha chupipandi que quieran parecer, todo el mundo sabe que no se soportan. Letizia odia a sus suegros. Sus suegros odian a su nuera. Letizia odia a sus cuñadas. Las infantas Elena y Cristina odian a su cuñada. Sofía odia a su marido. Juan Carlos odia a su mujer. Leonor y Sofía no se ven con sus primos ni en pintura. Y a los primos no parece que les quite el sueño no verlas. Y así, hasta el infinito. Pero estén atentos a la voluntad de la emérita porque esta reunión familiar de agosto en Mallorca puede acabar como el rosario de la aurora o como el juego aquel del Cluedo.

La yaya quiere que todos sus nietos se reúnan: las hijas de Felipe y Letizia, Leonor y Sofía; los hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, Froilán y Victoria Federica; y los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, Juan, Pablo, Miguel e Irene... Y no solo eso: también quiere que los padres de las criaturas estén presentes. Coincidiendo con las regatas de la Copa del Rey de vela, se espera que los ocho nietos de Sofía pasen unos días en Marivent con su abuela, según Vanitatis, una cita a la cual también estarían convocados los reyes y las infantas, sin sus ex maridos, por razones obvias, ni tampoco el rey emérito.

¿Y por qué decíamos que estén muy atentos a qué puede pasar? Porque si nada lo impide, se volverán a reencontrar Letizia y su cuñada Cristina. Y ahora Lecturas acaba de revelar un jugosísimo encontronazo entre las dos que tuvo lugar el año pasado. Un conflicto que pasó el verano del 2022, dicen, en el mismo Marivent entre la mujer y la hermana del rey Felipe. Una discusión en una cena que hicieron y donde estaban las dos. ¿Y cuál fue el detonante? ¿El escándalo del ex duque de Palma y su ingreso en prisión? No. ¿La separación y las fotos de Urdangarin con Ainhoa Armentia? Tampoco... El motivo no fue otro que la ropa que llevaba la reina Letizia. Explica el citado medio que "a la infanta no le parecía bien la indumentaria que llevaba la Reina". ¿Por qué? ¿No le gustaba el modelito? ¿No era de un diseñador español?... Los tiros no van por ahí, no se trataba de una cuestión estilística, sino... de higiene.


Explican que después de una sesión de duro entrenamiento de la reina, a ella que le gusta tanto hacer deporte, "a Cristina no le gustó nada que su cuñada se sentara a la mesa sin haberse cambiado de ropa". Es decir, Cristina le estaba diciendo, con otras palabras, que era una sucia. Unas palabras que indignaron de mala manera a la reina, que estalló "y que no dudó en contestar". ¿Qué le respondió? Una de las letiziadas marca de la casa, cargadas de bilis y sin morderse la lengua: "diciendo que ella no era nadie para juzgar cómo iba vestida, que podía llevar lo que quisiera porque estaba en casa de vacaciones, que ella estaba allí gracias a sus hijos y que si no fuera por ellos no volvería nunca más a Marivent". Chim pum.

Así está el patio. Sería sensacional que cuando tengan la nueva cena a principios de agosto, la infanta Cristina vaya a la cita con un chándal o unos leggins después de haber hecho footing por la isla, con aquel olorcito después de hacer deporte, y se siente al lado de su cuñada. Estaremos atentos.