La princesa Leonor finaliza este domingo 13 de julio su formación en la Armada Española. Pero lo que debía ser un cierre ejemplar de su paso por el ejército del mar, ha quedado empañado por faltas disciplinarias y suspensos ocultos. Una realidad que contrasta con la imagen oficial.

La princesa zarpó el 11 de enero desde Cádiz. Pasó cinco meses en alta mar. Luego fue trasladada a la fragata Blas de Lezo para aplicar lo aprendido. Allí estuvo 15 días. Su regreso al Elcano marcó el inicio de la última fase. Una travesía final por el norte peninsular que culmina este domingo 13 de julio en Marín.

En rendimiento de la princesa Leonor deja que desear en el Elcano

Pero este cierre ha estado lejos de ser ejemplar. Letizia y Felipe VI fueron explícitos al pedir que se tratara a su hija como una más. Pero es evidente que no ha sido así. Desde el inicio, Leonor ha disfrutado de condiciones especiales. Su plan de formación fue reducido de cuatro a tres años. Algo inédito para un cadete sin causas médicas o extraordinarias.

Elionor a l'Elcano / Casa Reial
Leonor en el Elcano / Casa Reial

En cada centro por el que ha pasado, Zaragoza, Marín, Elcano y Blas de Lezo, se ha repetido un mismo patrón: trato de favor, posiciones de honor y ausencia de exigencia real. Todo cuidadosamente orquestado para proyectar la imagen de una heredera competente y preparada.

Sin embargo, las fuentes internas aseguran lo contrario. Leonor habría recibido dos suspensos en materias técnicas. Ambos fueron eliminados del expediente, según órdenes no escritas de altos mandos. Además, consta al menos una falta por indisciplina, que fue retirada del sistema para no afectar su imagen pública. “Hay pruebas físicas que no ha completado. Ejercicios que se repiten hasta el cansancio, excepto para ella”, ha comentado un cadete en privado.

A pesar de las faltas, Leonor será la número 1 de su promoción

El ambiente a bordo del Elcano ha sido tenso. En la Blas de Lezo, también. Muchos sienten que están asistiendo a una ficción militar. Una carrera construida más por apellido que por mérito. Aun así, reina el silencio. Hablar puede traer represalias. Nadie quiere enfrentarse a la Casa Real ni al alto mando.

La princesa Elionor en el Blas de Lezo / Casa Reial
La princesa Leonor en el Blas de Lezo / Casa Real

Los instructores tampoco están cómodos. Saben que su trabajo está condicionado. “Evita anotaciones negativas”, “no pongas suspensos”, “facilítale el paso”. Son frases que, según varios testimonios, se han escuchado más de una vez en las reuniones internas.

Y mientras tanto, todo se prepara para que Leonor reciba las máximas distinciones. Será nombrada primera de su promoción. Aunque no lo merezca. Aunque su rendimiento físico haya sido el más bajo del grupo. De hecho, antes de ingresar en la Academia Militar de Zaragoza o en la Escuela Naval de Marín, se le recomendó ponerse en forma. Pero no hizo caso. Y se le volvió a repetir antes de subirse al Elcano, pero tampoco. “No es una cuestión de inteligencia, sino de actitud”, apunta un oficial. “Se esfuerza más en lo protocolario. Lo físico no es lo suyo. Y eso preocupa”, añade, según han recogido numerosos medios como Monarquía Confidencial.