Desde que puso su primer pie en la Zarzuela, la reina Letizia ha llevado a cabo una lucha descomunal por mejorar la imagen de la monarquía, que se vio acentuada cuando nació Leonor. Su misión era asegurar el futuro reinado de la joven. Y se sentía empoderada para llevar a cabo cualquier operación al ser la madre de la próxima reina.
Así fue como alejó de la familia real a toda aquella persona que oliera a corrupción e infidelidades, o a quienes apoyaran estas prácticas. Desfilaron Juan Carlos I, Iñaki Urdangarin, la infanta Cristina y la infanta Elena.
Pero precisamente ser la madre de la futura reina es lo que ha girado las tornas. El escándalo surgido a partir de las revelaciones de Jaime del Burgo y de Jaime Peñafiel, a cerca de dos presuntas infidelidades al rey Felipe VI, ha cambiado las reglas del juego. Y la existencia de la princesa Leonor es lo que le ha hecho bajar la cabeza.
La reina Letizia, presente en el cumpleaños de su cuñada Elena
Esta semana se celebró el cumpleaños de la infanta Elena, que cumplió 60 primaveras. Se celebró una comida familiar en el restaurante Pabú de Madrid que corrió a cargo de Juan Carlos I. A la reunión acudieron los eméritos, Elena, sus hijos Froilán y Victoria Federica, y la infanta Cristina y tres de sus hijos: Juan Valentín, Pablo e Irene Urdangarin. Un encuentro al que Letizia, hace un mes, no hubiera ido. La reina lleva años sin hacer acto de presencia donde están los borbones. Sobre todo Juan Carlos I, Elena o los hijos de esta, Froilán y Victoria Federica.
Sin embargo, en esta ocasión sí se dejó ver. No solo eso. El coche oficial no dejó a Letizia y Felipe VI en la puerta del restaurante, sino a unos metros de la puerta, dejándose ver en público para aparentar normalidad. "El hecho de que los reyes han accedido a ir ha dejado patidifusos a los presentes, ya que no estaba confirmada su asistencia y por todos es sabido la supuesta mala relación entre la reina y sus cuñadas", empezaba la cronista especializada en la casa real Pilar Eyre en su blog de 'Lecturas.
Leonor lleva a Letizia a “agachar la cabeza”
Una presencia que, según la periodista, se debe a “su necesidad de protegerse a ella y también a sus hijas". En otras palabras, que su hija sea la futura reina le ha obligado a “agachar la cabeza”. “Lo que no ha conseguido nadie, lo ha conseguido Del Burgo. Con esos tweets ha conseguido que Letizia se convierta en una persona sumisa, que pida disculpas de esta manera, que se quiera poner a la altura de la familia, que quiera estar al lado de su familia y que la proteja la familia real, algo que hasta ahora no había necesitado porque estaba en una posición de fuerza y ahora no lo está. Necesita el apoyo del rey Juan Carlos, de sus cuñadas y del resto de su familia, de la reina Sofía también. Hoy lo hemos visto claramente", añade Eyre en su canal de Youtube 'Al aire de Pilar Eyre'. Como dice la cronista, "en estos momentos la reina Letizia está haciendo penitencia".