La princesa Leonor está aprovechando al máximo sus vacaciones tras cerrar un intenso año de formación militar. Meses de disciplina, entrenamiento en el Juan Sebastián Elcano y en la fragata Blas de Lezo, y largos periodos lejos de su hogar marcaron su calendario. Ahora, por primera vez en dos años, al no tener que personarse en San Javier hasta el próximo 1 de septiembre, disfruta de un descanso prolongado.
Durante julio, Leonor fue protagonista en la recepción de Marivent. También intervino en actos oficiales en solitario, como los Premios Princesa de Girona. Su imagen pública ha crecido y su independencia se hace cada vez más visible. La heredera maneja con soltura su papel institucional, pero también sabe aprovechar los momentos privados.
La princesa Leonor exprime sus vacaciones al máximo
Tras la agenda oficial y dado que sus padres no iban a pasar juntos las vacaciones, vinieron días de vacaciones con amigos. Fue la primera vez que la princesa disfrutó casi dos meses sin compromisos. Inicialmente optó por un yate de lujo en las islas griegas, valorado en unos 4.000 euros diarios. Allí se rodeó de un grupo reducido, buscando privacidad y tranquilidad, lejos de la prensa y los curiosos.
Entre este círculo íntimo se encontraba su presunto nuevo novio, un joven de unos treinta años. Su perfil es discreto, distinto al de la pareja anterior. Su familia goza de buena posición, pero él mantiene un bajo perfil mediático, lo que encaja perfectamente con lo que la Casa Real valora: discreción y estabilidad. Según fuentes cercanas, el primer encuentro entre ambos ocurrió durante la formación militar de Leonor en la Escuela Naval de Marín.
Leonor cambia el yate por la costa oeste de los Estados Unidos
Este joven no tiene relación alguna con el chico del Elcano, vinculado a Leonor en etapas anteriores. Las tensiones entre la princesa y aquel joven se disiparon hace semanas; su vínculo se limitó a la amistad. En cambio, el nuevo compañero ha logrado acercarse con naturalidad, generando un ambiente más relajado y privado en torno a la heredera.
Recientemente, Leonor decidió cambiar de escenario y se trasladó a la costa oeste de Estados Unidos. Allí lleva cinco días, esta vez sin amigos y únicamente acompañada de su nuevo “amigo especial”. El viaje permite a la princesa combinar descanso y discreción, disfrutando de momentos íntimos mientras explora un destino muy distinto al mar Mediterráneo.
La gran incógnita ahora es el regreso de Leonor. Se espera que sus vacaciones concluyan antes del inicio del curso en la Academia General del Aire. Sin embargo, también surge la duda de si aprovechará el tiempo para mostrar solidaridad ante los incendios que afectan España, o si priorizará su descanso.