Está al caer una lista que a los que no son monárquicos, les indigna especialmente. La que cada año especifica cuántos y qué regalos reciben los reyes y su familia por el simple hecho de hacerles la rosca de manera lamentable. Los regalos que reciben los monarcas españoles por parte de homólogos, asociaciones, organizaciones, en resumen, pelotas haciendo de palmeros. Este tipo de inventario institucional que año tras año supera la cifra de objetos y pongos carísimos que reciben Felipe, Letizia y compañía. En el 2018, el último año del que hay registro, los borbones recibieron 440 regalos institucionales, con 225 sólo para el rey. Pero en materia de regalos, imposible competir con los que recibía el emérito cuando era el rey campechano y todo el mundo le reía las gracias.

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De entre todos los regalos recibidos, hay uno del que Juan Carlos guarda un recuerdo especial, y no estamos hablando de los maletines y los millones de sus amigos de los países árabes. Explica Vanitatis que el ex ministro José Bono recuerda en sus memorias una confesión del monarca cuando todavía lo era: "El único bien importante que me han regalado siendo rey es la finca de La Mareta en Canarias. Me la regaló el rey de Jordania y yo pregunté a Carlos Solchaga qué debía hacer con ella; me respondió que tenía que pagar impuestos y entonces la regalé al Estado".

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Qué detalle, su majestad. El medio recuerda que la lista de regalos es larga, como mínimo, la de regalos confesados ("La Mareta, el yate Fortuna, dos Ferraris que Hacienda subastó en 2017 miedo medio millón de euros, buena parte de los vinos que guarda celosamente en su misteriosa bodega, estilográficas, joyas, obras de arte y hasta un guepardo"). Imaginen cómo aumentará con los regalos no especificados... A ver si la justicia europea le regala al Borbón un juicio por los escandalosos negocios y cuentas fraudulentas en Suiza.